27/Apr/2024
Editoriales

Desayuno

Suena el despertador y el cerebro empieza a preocuparse:

"Ya hay que levantarse y nos comimos todo el combustible'"..............

Llama a la primera neurona que tiene a mano y manda mensaje a ver qué disponibilidad hay de glucosa en la sangre. Desde la sangre le responden:' Aquí­ hay azúcar para unos 15 a 20 minutos, nada más'.

El cerebro hace un gesto de duda, y le dice a la neurona mensajera: 'De acuerdo, 20 a 25 minutos'. En total no hay sino cerca de 290 gramos de glucosa, es decir, alcanza para 45 minutos, tiempo en el cual el cerebro ha estado rogándole a todos los santos a ver si se nos ocurre desayunar.

Si estamos apurados o vayan hablando con el hí­gado a ver qué tiene en reserva'. En el hí­gado consultan la cuenta de ahorros y responden que 'a lo sumo los fondos alcanzan para unos nos resulta insoportable comer en la mañana, el pobre órgano tendrá que ponerse en emergencia: 'Alerta máxima: nos están tirando un paquete económico. Cortisona, hija, saque lo que pueda de las células musculares, los ligamentos de los huesos y el colágeno de la piel'.

La cortisona pondrá en marcha los mecanismos para que las células se abran cual cartera de mamá comprando útiles, y dejen salir sus proteí­nas. Estas pasarán al hí­gado para que las convierta en glucosa sanguí­nea. El proceso continuará hasta que volvamos a comer.

Como se ve, quien cree que no desayuna se está engañando: Se come sus propios músculos, se auto devora. La consecuencia es la pérdida de tono muscular, y un cerebro que, en vez de ocuparse de sus funciones intelectuales, se pasa la mañana activando el sistema de emergencia para obtener combustible y alimento.

¿Cómo afecta eso nuestro peso? Al comenzar el dí­a ayunando, se pone en marcha una estrategia de ahorro energético, por lo cual el metabolismo disminuye. El cerebro no sabe si el ayuno será por unas horas o por unos dí­as, así­ que toma las medidas restrictivas más severas.

Por eso, si la persona decide luego almorzar, la comida será aceptada como excedente, se desviará hacia el almacén de 'grasa de reserva' y la persona engordará. La razón de que los músculos sean los primeros utilizados como combustible de reserva en el ayuno matutino se debe a que en las horas de la mañana predomina la hormona cortisol que estimula la destrucción de las proteí­nas musculares y su conversión en glucosa.

Fuente:
Dra. Daniela Jakubowicz (Endocrinólogo)