19/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Octubre 14 de 1822: nace en Villagrán, Tamaulipas, Josefa Zozaya, quien sería heroína durante la Invasión norteamericana en la Batalla de Monterrey. María Eduarda Josefa Zozaya Flores quedó huérfana de madre a muy temprana edad y su padre Cristóbal volvió a casarse, peroel señor murió cuando Josefa tenía 18 años de edad así que huérfana de padre y madre, aceptó casarse con el lampacense Manuel U. de la Garza Flores, haciendo vida familiar en Villagrán, donde procrearon dos hijas: Juana Romana y María Trinidad de la Garza Zozaya.

Sin embargo, en 1844 quedó viuda y Josefa se vino a vivir a Monterrey, ocupando una casa propiedad de su difunto marido, que estaba ubicada por la calle de Zuazua enfrente de la Catedral. En 1846 sobrevino la invasión norteamericana a Monterrey, pero el peligro potencial no asustó a Josefa, pues ya había perdido a seres queridos, y entendía que la vida tiene riesgos y se acaba cuando uno menos lo espera. No huyó de la Ciudad y pronto le fue hecha una solicitud de parte de los defensores de Monterrey para utilizar su casa como punto militar estratégico y les otorgó el permiso de inmediato.

Sin haber fuentes primarias fehacientes de su intervención en la batalla, hay testimonios escritos de que Josefa Zozaya participó personalmente arengando a los soldados defensores y arriesgando su vida al llevarles alimentos, y parque para sus armas. La batalla se perdió y los norteamericanos instalaron un oprobioso gobierno estatal hasta que en 1848 se llegó a un acuerdo en la Capital mexicana, por conducto del Tratado Guadalupe – Hidalgo mediante el cual nuestro país “vendió” a Estados Unidos todos sus territorios nórdicos. Una vez recuperada la paz, Josefa Zozaya casó de nuevo, ahora con el hermano de su esposo, tal como se acostumbraba antiguamente. En su nuevo matrimonio procreó con Juan Martín de la Garza Flores a cuatro hijos: Adela, Lucas, Juan Martín y María Expectación de la Garza Zozaya. Todo indica que Josefa Zozaya murió en Matamoros en el año de 1858 y fue hasta 1927 cuando se le hizo justicia en Monterrey, al instalarse en la casa de la familia Garza Flores, una placa alusiva a su heroica actuación durante la Batalla de Monterrey.