25/Apr/2024
Editoriales

La declaración de Independencia norteamericana

Redactar el acta de independencia de una nación es tarea difícil pues se trata de un documento histórico que debe tener varios elementos indispensables como: Claridad de los hechos que provocan la separación de otra nación o régimen, la determinación del nuevo sistema de gobierno y sus principios básicos, redacción lingüística  impecable. 

La tarea de redactar la Declaración de Independencia de Estados Unidos cuando se separó de Inglaterra, fue encomendada por el segundo Congreso Continental a un joven talentoso y valiente de Virginia, hacendado de participación activa en la lucha, llamado Thomas Jefferson, cuya carrera política empieza con este hecho y culmina siendo el tercer presidente de Estados Unidos. 

Regresando al acta de fundación, su lectura y aprobación se llevó a cabo en el Salón de la Independencia, antes llamado simplemente Congreso de Virginia, y que era la justificación del movimiento separatista que fue tan bien recibida no sólo por los congresistas sino por el pueblo, al grado que siguen resonando en los oídos de las nuevas generaciones al paso de los siglos. En su redacción hay un párrafo que dice textualmente: “sostenemos como evidentes por sí mismas dichas verdades: que todos los hombres son creados iguales, que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad…”

Acaso vale preguntar si al hablar esa acta de que “todos los hombres son creados iguales” ¿se refería sólo a los hombres blancos? Porque los de color diferente tuvieron que ganarse después su igualdad con baños de sangre…