03/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Mayo 04 de 1935: muere en accidente automovilístico en Monterrey el empresario Don Lorenzo H. Zambrano Gutiérrez a los cuarenta y seis años de edad. Nació en nuestra Ciudad el seis de agosto de 1888, en el hogar de Don Ildefonso Zambrano, que en 1910 fue alcalde de Monterrey, y de Doña Carlota Gutiérrez. Tuvo nueve hermanos: Federico, Eugenio, Celia, María, Carmen, Eulalia, Sara, José y Guillermo Febronio Zambrano Gutiérrez, todos fueron grandes personajes de la alta sociedad regiomontana. Lorenzo H. Zambrano aprendió sus primeras letras en nuestra Ciudad y luego se fue a estudiar a Estados Unidos. Regresó a comenzar su carrera empresarial. Sus esfuerzos juveniles se encaminaron a mejorar las vías terrestres existentes, como la carretera México – Nuevo Laredo, pues convencido estaba que el comercio sería el detonante del desarrollo de Monterrey.

El antecedente de la fabricación de cemento fue una planta levantada por Vicente Ferrara, socio de Fundidora Monterrey, que aprovechaba la escoria de la Maestranza para fabricar cemento siderúrgico con el nombre comercial de Fábrica de Cemento y Tierras Refractarias, y posteriormente la familia Zambrano, encabezada por Lorenzo H. Zambrano Gutiérrez, instalaron otra, que en vez de escoria, utilizaba la piedra caliza y la arcilla existente en la hacienda de don Ildefonso ubicada en el municipio de Abasolo. Ferrara fracasó en ese negocio y le vendió las instalaciones de la cementera a los Zambrano que ya habían creado en 1920 la empresa Cementos Portland Monterrey. Aportaron para este propósito: 2 mil 900 pesos Lorenzo; 600 pesos entre Adolfo y su hijo del mismo nombre; Alberto y Salvador 300 pesos cada uno; Eugenio 127 pesos; todos ellos apellidados Zambrano bajo el liderazgo de su pariente Lorenzo. Había otros socios como Salvador y Alfonso Madero que entrambos aportaron 1,567 pesos; y Santiago Belden, 225 pesos. Lorenzo H. Zambrano Gutiérrez tomó la batuta de la empresa cuando iniciaba el auge del concreto hidráulico para la fabricación del block de concreto hidráulico y la construcción de grandes obras como las casas de la colonia Obispado, la Escuela Álvaro Obregón en 1928 y el Casino Monterrey. Así, pronto se consolidó la empresa, obteniendo en 1923 y 1924 premios en la Exposición Internacional de Río de Janeiro, Brasil y en Sevilla, España; adquiriendo el cemento de Monterrey desde esa época fama internacional. Lorenzo H. Zambrano Gutiérrez fue también pieza clave para la formación y consolidación de la Banca en Monterrey, erigiendo la Sociedad General de Crédito y Crédito Industrial de Monterrey, instituciones dedicadas a financiar proyectos industriales regios. Su vida fue breve pero muy productiva, y su nieto Lorenzo H. Zambrano Treviño (muerto el 12 de mayo de 2014 en España) le dio a Cemex el nivel internacional que su abuelo proyectó, estando actualmente considerada entre las primeras cuatro empresas cementeras del mundo.