Septiembre 24 de 1928: Ocupa Emilio Portes Gil la presidencia de México en forma interina desde esta fecha hasta el 5 de febrero de 1930, debido a que el presidente electo Álvaro Obregón fue asesinado por José de León Toral. Portes Gil nació en Ciudad Victoria, y le decían “El manchado” porque en su rostro le quedaron residuos de pólvora desde diez años antes, en 1918.

Acababa de terminar su periodo de gobernador de Tamaulipas, cuando sucedió el magnicidio, y Portes Gil garantizaba la tranquilidad al grupo de callistas, pues en 1923 había sido pieza importante para deslindar al huertismo del callismo. Era de filiación obregonista y peleaba con el líder sindical de la CROM, Luis N. Morones. En Tamaulipas realizó buena labor, siendo después secretario de gobernación con Don Plutarco Elías Calles.

Portes Gil impulsó la creación de la Liga de Comunidades Agrarias y sindicatos campesinos, y encabezó en 1929 el proceso de finiquito de la Cristiada. Como siempre, lo más difícil del poder es dejarlo, y de nuevo se cumple esa máxima, pues le corresponde entregar el poder al ingeniero Pascual Ortiz Rubio, que desató serias inconformidades políticas debido a que POR ni estaba siquiera en el país cuando fue el candidato del partido oficial, pues era embajador en Brasil. El Maximato de Calles tuvo su mayor expresión cuando Ortiz Rubio hubo de renunciar.