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Coppola reescribe el "Padrino 3"

NUEVA YORK  - El realizador estadounidense Francis Ford Coppola reescribe de principio a fin una de sus películas más discutidas: 30 años después de haber sido destruido por la crítica en el estreno de "El Padrino - Parte 3", se prepara para distribuir en un número limitado de salas y en home-video el "director's cut" del tercer y último episodio de la célebre trilogía.

Para su regreso a la escena a partir de este fin de semana, Coppola modificó también el título: "Mario Puzo's The Godfather Coda: The Death of Michael Corleone" rinde homenaje al escritor y coguionista, restableciendo el título elegido por ambos y que Paramount cambió para recordar el éxito de las dos primeras películas.

El director, de 81 años, hizo retoques por doquier para aclarar la trama que gira en torno a los temas de la mortalidad y la redención.

"Coda" comienza ahora "in medias res" con la escena en la que Michael Corleone (Al Pacino) negocia un préstamo multimillonario con el Banco Vaticano, mientras al final, en lugar de hacer morir al viejo Padrino, el nuevo montaje lo muestra viejo pero vivo.

"Cuando los sicilianos te auguran 'cien años' significa 'larga vida'... y un siciliano no olvida nunca", se lee en pantalla antes de los títulos del final.

El nuevo final deja a Michael Corleone en un "purgatorio" de su total creación: "Dejar a Michael vivo es la verdadera tragedia", cmentó Al Pacino dando, junto con Diane Keaton (la esposa de Michael, Kay Adams), su imprimatur al "director's cut".

Los dos primeros "Padrinos", que salieron en 1972 y 1974, coleccionaron nueve Oscar y casi mil millones de dólares en recaucación.

"Parte 3", con siete nominaciones pero ninguna estatuilla y una taquilla de 136 millones, siempre fue considerada como la Cenicienta de la trilogía. Coppola había sido arrastrado a la empresa tras los fracasos de 'Cotton Club' y el musical 'One from the Heart'. "Necesitaba dinero para salir de una crisis en la que había perdido casi todo", explicó el realizador al New York Times.

Paramount presionaba para salir en las salas en la Navidad de 1990. Coppola respetó los cormpromisos, pero en el debut del film la crítica fue despiadada: "No solo una decepción, sino un fracaso de tales proporciones que parte el corazón", escriibó el Washington Post.

No solo Coppola quedó en la mira. Las críticas de la época atacaron sobre todo la actuación amateur de su hija Sofia, elegida a toda prisa para el papel de Mary, la hija de Michael, en el papel de Winona Ryder, que se había retirado a último momento.

"Atacaron a Sofia con el proyectil que estaba destinado para mí", comentó Coppola al New York Times, evocando una de las últimas escenas de la película, donde Mary es asesinada por un sicario enviado por la mafia en los escalones del Teatro Massimo de Palermo.