03/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Enero 12 de 1876: Nace en Monterrey, Pablo A. de la Garza y Gutiérrez, quien sería abogado revolucionario, gobernador del estado y Procurador General de la República. Hijo de Albino de la Garza y Leocadia Gutiérrez, estudió en la Escuela de Jurisprudencia de Nuevo León y se graduó de abogado en el año de 1900. Se desempeñaba como Juez de Letras en Sabinas Hidalgo, cuando se le abrieron las posibilidades de crecer en su carrera al ser nombrado asesor de la 1ª. Zona militar en Sonora. De ahí comenzó una carrera en el  área jurídica de la milicia, siendo juez en las ciudades de Guadalajara y luego en Veracruz, en donde tiempo después fue fiscal estatal de la plaza militar. Regresó a Monterrey en 1909 con el grado de coronel y agente del Ministerio Público militar. Estallada la revolución, se incorporó en 1913 a la corriente político-militar del constitucionalismo que encabezaba Venustiano Carranza tras la decena trágica. Inició como subalterno del general neoleonés Pablo González Garza en su campaña por el noreste del país.

En 1914 fue nombrado general y jefe de la 9ª Brigada del Ejército del Noreste. Tuvo la fortuna de estar en el lugar y el momento justo para ser gobernador de Guanajuato al presentarse la coyuntura de la caída de Victoriano Huerta, y continuó firme y lealmente con Carranza, en los momentos difíciles cuando sobreviene el rompimiento con la dupla revolucionaria de Villa y Zapata. Y esto le valió para ser gobernador de Nuevo León -sustituyendo a su compañero, el general Ildefonso Vásquez que había muerto a consecuencia de una herida de combate-, desde junio 8 de 1915 hasta marzo 24 de 1917. Cuando intentó completar su cuatrienio del ciclo gubernamental, compitió, siendo derrotado por Nicéforo Zambrano y, desde el centro del poder, se decidió sacarlo del estado nombrándolo Procurador General de la República de 1918 a 1919. En aquellos tiempos revolucionarios todo era posible, así que al unísono de ser Procurador General de la República, era jefe militar de la península de Yucatán, comprendiendo los estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo. Al salir de la Procuraduría, se inscribió de nuevo como candidato a gobernador de Nuevo León y fue derrotado ahora por José E. Santos, quien gobernó del 4 de octubre de 1919 a 10 de mayo de 1920. Cuando Adolfo de la Huerta triunfó con el Plan de Agua Prieta en contra de Venustiano Carranza, De la Garza renunció a sus cargos y se fue exiliado a Estados Unidos, regresando hasta 1925 para morir en nuestra Ciudad el 11 de agosto de 1932. Pablo A. de la Garza no fue un militar de muchas batallas, aunque participó en las que se le ordenaba, pero su fuerte era la política militar, que le permitió llegar a la gubernatura de Guanajuato, a la de Nuevo León y a la Procuraduría General de la República. En su honor, el Cabildo de Monterrey bautizó con su nombre una importante avenida de la ciudad.