03/May/2024
Editoriales

Qué podemos hacer ante la crisis del agua

Esta generación no había vivido una sequía tan importante e impactante como la actual. Ahora entendemos que somos demasiados en tan poco terreno. 

Se están desarrollando acciones inéditas como la de los agricultores de la Región Citrícola que parecen un levantamiento en armas, pues ya quemaron los tubos que se instalarían para inyectar al acueducto el líquido del Río Ramos, así como el del Pilón, y el gobernador dijo que harían o mismo con El Tragadero, de Rayones, Nuevo León.

Además para protestar, cerraron la carretera que comunica Monterrey con Linares, y no son los únicos, pues desde hace más de un mes, debido a los cortes del abasto de agua, en la Ciudad ya no se tiene la seguridad de que exista el libre tránsito, pese a que es un derecho constitucional, pues una decena de personas claman por agua cerrando una calle.

Estamos ante un escenario que tipifican las leyes del caos, en donde todos tienen la razón; la autoridad porque no ha llovido y los usuarios porque tienen derechos sobre el agua.

Ante tan lóbrega situación, usted y yo tenemos obligación de hacer buen uso del agua cuando nos llega hasta nuestra casa por la vía de la red de agua y drenaje.

Trataré de resumir algunas recomendaciones que si bien no configuran una relación exhaustiva, sí ayudan en esta crisis.

Primero debemos reducir el tiempo en la regadera a un par de minutos -cerrándola cuando nos enjabonamos-, y erradicar los baños de tina a los que algunas personas acostumbran ponerle hasta perfumes.

No dejemos la llave abierta mientras nos cepillamos los dientes o afeitamos.

En la cocina no se deben lavar los alimentos con la llave abierta, sino utilizar un recipiente y, al término del proceso, aprovechar el agua para regar las plantas, que deben ser pocas y endémicas, pues requieren menos cuidados y menos agua, olvidándonos del césped que consume demasiada humedad.

También debemos utilizar el agua de cocer alimentos para regar las plantas, y la lavadora sólo cuando esté completamente llena. 

Clausurar el lavavajillas. 

Si hay recursos, cambiar la taza del retrete por una nueva que funcione con menos agua y mayor capacidad de arrastre. 

Recordar no oprimir siempre el botón para ‘bajarle’ a la taza, pues no hay proporción entre el agua utilizada contra el líquido vertido que se busca eliminar. 

Reparar inmediatamente las fugas, pues 10 gotas de agua por minuto suponen 2 mil litros de agua al año desperdiciados.

Idear la forma de reutilizar el agua de la lavadora de ropa, para limpiar baños y pisos, y asear el frente de la casa.

El mejor momento para regar es la última hora de la tarde ya que evita la evaporación.

Alguien podría pensar que el ahorro es mínimo para la enorme necesidad que tenemos, pero a esa persona debemos recordarle que de grano en grano, llena la gallina el buche.