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Billie Holliday, un ícono que desafió al racismo

Billie Holliday, un ícono que desafió al racismo, vuelve al centro de la escena en el film de Lee Daniels y cuya protagonista, Andra Day, está nominada a los premios Golden Globe por su interpretación de la cantante de blues cuya vida fue tormentosa desde su traumática infancia debido a que su madre la obligó a prostituirse a los 11 años.

Víctima del abuso del alcohol y las drogas, Holliday también supo ser una mujer fuerte, generosa y libre, incluso en su sexualidad.

Paladina ante litteram de los derechos civiles y objetivo del gobierno estadounidense y del FBI de Hoover: una persecución que también contribuyó a la muerte prematura del cantante en 1959, a la edad de 44 años.

Un torbellino de contradicciones, arte, tragedia y coraje, que se concreta en "The United States vs Billie Holiday" de Lee Daniels, con una extraordinaria Andra Day (cantante y compositora con clase, aquí en su debut como protagonista) en el papel de la gran artista afroamericana.

La película, que llega a Estados Unidos a través de Hulu el próximo 26 de febrero, acaba de ganar dos nominaciones al Globo de Oro: a mejor actriz de drama para Andra Day (incluso entre las favoritas para una nominación al Oscar) que vuelve a competir también en las cinco mejores canciones, "Tigress and Tweed", interpretada y escrita por ella con Raphael Saadiq.

"Soy fan de Billie Holiday desde los 11-12 años -explicó Andra Day, nacida en 1984, en el encuentro online con Lee Daniels organizado por la American Cinemateque-, inmediatamente me llamó la atención su voz, tan diferente de los estridentes a los que estaba acostumbrada. Era una voz única poco frecuente y a lo largo de los años, su ejemplo me ha animado a estar orgullosa de mi voz e individualidad, me enseñó a usar el poder del arte con cuidado y sabiduría".

El vínculo de Lee Daniels, director de películas como "Precious y The Butler", con Billie Holiday ya había pasado por el cine: "La dama del blues (dirigida por Sidney J. Furie en 1972, con Diana Ross en el papel principal) es la cinta que me inspiró a convertirme en director. La vi a los 13 y me impactó.

Fue la primera vez que vi una historia de amor negro, una historia tan intensa y profunda en lugares y con una música que me pertenecía a mí y a artistas como Diana Ross, Billy Dee Williams y Richard Pryor. Quería que mis films se sintiera como me sentí yo después haber visto eso", explicó.

Cuarenta años después "me llegó este hermoso guión sobre Billie Holiday y me doy cuenta de lo mucho que no sabía sobre sus luchas".

"Cuando pensamos en el movimiento por los derechos civiles, nombres como Martin Luther King, Malcolm X, Gandhi, Rosa Parks aparecen de inmediato. En mi opinión Billie Holiday dio impulso a ese movimiento, con su canción 'Strange Fruit' (una de sus ramas símbolo, que habla del linchamiento de un hombre negro, la 'fruta extraña' que cuelga del árbol) y es un hecho que no se encuentra en los libros de historia. Entonces yo también luché contra mis adicciones y como artista entiendo el camino de Billie, sentí que tenía que hacerle justicia".

La película sigue a la cantante principalmente en los últimos 12 años de su vida (con flashbacks de su pasado), cuando el FBI, y uno de sus principales emisarios, Harry J. Anslinger (Garrett Hedlund), para truncar la carrera de la artista, que continuaba cantando cantar "Strange Fruit" en sus conciertos, la convierte en el objetivo de control constante al borde de la persecución.

Debido a la adicción de Billie a la heroína, encuentros erróneos, problemas personales y profesionales y, a veces la utilización por parte de las autoridades de pruebas falsas, la mujer acaba detenida varias veces (en 1947 también cumple un año de prisión), pero cada vez más minada físicamente, hasta el final, no se rinde.

"Sabía que el gobierno había perseguido a Billie Holiday, pero no sabía hasta dónde había llegado", dijo Andra Day, quien perdió 17 kilos para el papel y reinterpretó todas las canciones.

"El único modo que tenían para llevar adelante aquel sistema de opresión era aplastar la verdad, aquello que cantaba Billie.

Me asombró su fuerza para luchar sola, su resiliencia, su poder interior. Realmente la considero la madrina de la lucha por los derechos civiles".

En ella "había un deseo de ser escuchada y al mismo tiempo una gran vulnerabilidad. Siendo una mujer negra viviendo en Estados Unidos, conozco esa soledad y ese sentimiento invisible", acotó.