Qué dulce es olvidar. Hace solo unos meses, los mercados financieros estaban siendo golpeados por la guerra, la inflación y la perspectiva de un rápido aumento de las tasas de interés. De enero a junio de este año fue la peor primera mitad para las acciones estadounidenses en más de cinco décadas. El s & p 500, el principal índice de acciones de Estados Unidos, se desplomó un 21%; el nasdaq de alta tecnología perdió un 32%. Sin embargo, desde mediados de junio, el mercado ha protagonizado una recuperación notable. El nasdaq ha subido más de un 20 % desde su mínimo, entrando oficialmente en un mercado alcista; el s & p500, con un aumento del 17%, está al borde del territorio alcista por sí mismo. Apple ahora está a solo un 7% de ser valorada en $ 3 billones, como lo fue, brevemente, el 3 de enero. ¿Puede continuar el giro?
La buena noticia es que el repunte está respaldado por buenas noticias. Como han demostrado las publicaciones de ganancias de las empresas en las últimas semanas, los consumidores estadounidenses aún fueron de compras en el segundo trimestre. El 16 de agosto, Walmart informó que el gasto de los hogares creció con fuerza, lo que ayudó a que sus ingresos aumentaran un 8,4 % en el año. Los indicadores de confianza del consumidor están mejorando. Estados Unidos agregó la friolera de 530.000 puestos de trabajo en julio y, lo que es aún más alentador, los precios al consumidor no aumentaron en comparación con el mes anterior. La caída del mercado de la primera mitad de 2022 aún no ha expuesto los peligros que acechan en el sistema financiero. Aparte de las explosiones en los rincones más dudosos de la criptoesfera, las finanzas estadounidenses hasta ahora han demostrado ser resistentes.
