28/Apr/2024
Editoriales

Preparemos el regalo de Navidad

Madrugar tiene sus ventajas, pues la quietud que propicia el horario invita a pensar y a disfrutar de los periódicos de otros países con horarios diversos al nuestro.

Además, se escuchan ruidos que durante el día sofocan el bullicio del meneo citadino; las motocicletas de los repartidores de periódicos, o el paso del camión recolector de basura.

Los trabajadores de este servicio deben ser gente especial, pues no cualquiera cumple con esos horarios tan matados a sabiendas de los graves riesgos que afrontan.

El primero es el tipo de material con el que trabajan, que es la basura.

Porque en los contenedores caseros -llamados simplemente botes- siempre van contaminantes como desperdicios de comida, trapeadores viejos, alguna rata muerta que cayó en la trampa, o cáscaras de naranja que se pudren fácilmente, o al menos así huelen.

Y lo más grave es que ahora, con tanta gente contagiada de Covid 19, muchos están en confinamiento casero, pues los hospitales son para los trabajadores que tienen seguridad social, y para los adinerados que pueden pagar un hospital privado.

El caso es que los recogedores de basura corren el riesgo de que entre tanta revoltura vaya el virus, pues ellos no pueden saber en cuál casa está un contagiado.

Muchos de nosotros sentimos paranoia al contagio, pero no nos damos cuenta que, quienes nos sirven, están corriendo un riesgo mayor.

Así que le propongo que les demos un buen regalo de Navidad a los que nos traen la comida a casa, a los que nos atienden en la tienda, a los que recogen la basura...

Ellos se juegan su salud y hasta la vida por servirnos; apoyémoslos.