04/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Marzo 6 de 1839: conversan asesorados por el ministro británico Richard Pakenham, el general Guadalupe Victoria y el diplomático Manuel Eduardo de Gorostiza, con el contraalmirante Baudin a bordo de la fragata inglesa Madagascar. México estaba en guerra con Francia a raíz de la llamada Guerra de los Pasteles, que desde luego era una invasión, pues desde el 5 de diciembre de 1838 el puerto de Veracruz había sido atacado por barcos de guerra franceses y Guadalupe Victoria había sido comisionado el 19 de diciembre para apoyar a Santa Anna que defendía la plaza. Para el 9 de enero ya se habían organizado cuatro frentes de defensa: la vanguardia a cargo del general López de Santa Anna, la del centro a cargo de Felipe Codallos, la del sur por Nicolás Bravo, y la del norte por Vicente Filisola. El 27 de enero de 1839, Santa Anna había publicado una carta abierta ofreciendo sus bienes para hipotecarlos por 60 mil pesos que servirían al ejército que repelía esta abusiva invasión francesa, y el Clero prestó 500 mil pesos al gobierno para afrontar los gastos de la guerra. Tras la conversación entre Victoria y Gorostiza con Baudin, el 9 de marzo se firmó en Veracruz el tratado de paz entre México y Francia, entregando los franceses el fuerte San Juan de Ulúa que tenían en su poder, y México se comprometió a anular los préstamos forzosos hechos a los ciudadanos franceses y se obligaba a pagar 600 mil pesos de indemnización, dándose por concluida la primera intervención francesa. Como se advierte, cada vez que nos han invadido tanto Francia (dos veces) como Estados Unidos (una), hemos perdido dinero y territorio. Desde luego que también hemos tenido algunas victorias militares de las que ya hemos hablado, pero han sido menores. El común denominador de estos ataques arteros es que suceden cuando los mexicanos estamos peleados y divididos; en consecuencia debemos aprender de nuestras experiencias para llevar en paz nuestros diferendos internos. Ojalá que este proceso electoral en el que estamos todos inmersos, no sea pretexto para dividirnos más, porque si continúa la política de enfrentar a los fifís contra los chairos, los conservadores contra los liberales, el gobierno contra los clasemedieros, etcétera, seremos presa fácil de cualquier nación ambiciosa o de filibusteros que ya no necesitan utilizar las armas de fuego, sino las modernas, de amagos económicos, hackeos a los sistemas informáticos para tomar de rehén nuestras libertades de comunicación.