27/Apr/2024
Editoriales

Los negocios y la política se parecen

Los negocios y la política se parecen. Cuando florecen encumbran a los empresarios y a los políticos elevándolos hasta los cielos, pero cuando declinan, los arrastran al mismísimo averno.  

Esto no significa que todos los triunfadores sean infalibles, ni que todos los caídos en desgracia sean malos. No. Las circunstancias son importantes y ejemplos sobran.

Con dos tenemos: Don Humberto Garza González y el general Bernardo Reyes.

El primero fue un gran empresario que vino desde abajo, fundando 1970 una cadena de 377 tiendas Famsa de ventas al menudeo -que llegaron a ser 430- y después creó el Banco de Ahorro Famsa.

El esquema de ese negocio se modernizó y Famsa no se actualizó como debiera, así que hasta las 26 tiendas que tenía en Estados Unidos entraron en un proceso de revisiones incómodas por concurso mercantil, para luego recibir el golpe de la quiebra del Banco Famsa, que dejó ‘colgados de la brocha’ a muchos pequeños y grandes inversionistas.

No sé cuál negocio dañó al otro, pero lo cierto es que el imperio creado por Don Humberto se derrumbó, y él murió en el proceso.

Por su parte, Bernardo Reyes fue un gran militar y político que cuando gobernó el estado impulsó la industrializacion y realizó grandes obras, llegando a ser ministro de guerra del presidente Porfirio Díaz, y brilló tanto que le candidateaban para la presidencia de la República. Pero eso no le agradó a Don Porfirio, y subió a Reyes en un tobogán político que terminó por arrojarlo a la muerte en plena Plaza de la Constitución, durante la Decena Trágica.   

Pero algunos políticos y empresarios sí merecen terminar en el averno. 

Ejemplos políticos hay a raudales, y entre los empresarios también abundan, como el banquero judío neoyorquino Bernard Lawrence Madoff, que murió en la cárcel el 14 de abril pasado. Había sido condenado en 2009 a pasar ‘sólo’ 150 años en la sombra por una estafa de 50 mil millones de dólares -el fraude más grande realizado por una sola persona-Madoff promocionó entre la comunidad judía y con todo mundo un sistema de inversión donde tomaba sus capitales y él se comprometía a darles grandes ganancias. Al principio funcionó bien, pues trabajaba con el viejo sistema piramidal hasta que se descubrió todo. Entrevistado en junio de 2010 dijo que no se arrepentía ni sentía pena por los defraudados: ‘que se jodan mis víctimas; eran avaros y estúpidos’. En el año 2017 se estrenó en HBO la película The wizard of Lies, en la que Robert de Niro interpreta el papel protagónico basado en la vida de Madoff. Dijo Roberto Iniesta, famoso músico español: “Nunca lloro, soy banquero”.

Qué pena por los buenos que terminan mal, y qué gusto por los malos que pagan sus cuentas.