03/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

 

Agosto 18 de 1967: se instala en el municipio de Escobedo la fábrica automotriz Borgward. El predio donde se construyó era de 60 hectáreas, y la razón social de la empresa: Fábrica Nacional de Automóviles, FANASA. Entre los accionistas destacaban Luis López, Antonio Tinajero, Trinidad Romo, Adán Villaseñor, Salvador Uribe, Manuel L. Barragán hijo, Gregorio Ramírez, Daniel de la Garza, Humberto Lobo, William L. Kane, Gerald Kane, Tom Kane, Luis Santos de la Garza, Carlos Maldonado, Jorge Maldonado, Luis González, Manuel Ancira, Jorge Eugenio Ortiz, Eduardo Zambrano, Juan Alberto Abaroa, Eduardo Elizondo, Gustavo y Ernesto Ramírez. El presidente era Ernesto Santos Galindo; Gregorio Ramírez hijo el vice presidente ejecutivo, Gabriel Alarcón, y César Santos Galindo como vicepresidentes; Enrique Strauss como secretario; Miguel de la Vega como prosecretario; y Luis Santos de la Garza y Gabriel Alarcón hijo como vocales. William Kane era el gerente general. El hombre fuerte en el ramo automotriz era Gregorio Ramírez hijo, cuya familia era propietaria de Tráilers de Monterrey, donde se fabricaban los autobuses Sultana, los tractores y semirremolques Ramírez, así como la camioneta pick-up Ramírez. El modelo del automóvil Borgward que se fabricó era el sedán 230, de cuatro puertas, y se tenía el diseño de los modelos Isabella -más barato-, y otro de características deportivas. Se alcanzó a producir 2 mil 300 unidades, que salieron al mercado con la desventaja frente a la competencia de que Mercedes Benz, BMW y VW estrenaban nuevas líneas más aerodinámicas. La parte de las refacciones automotrices era muy atractiva, pues había 700 mil autos de esa marca distribuidos en todo el mundo, y era un mercado cautivo que generaría 100 millones de dólares anuales.

En el país había fiesta en el sector empresarial, porque México dejaría de ser sólo un ensamblador para convertirse en fabricante de automóviles.

Pero el sueño duró sólo cuatro años, pues los empresarios que invirtieron grandes capitales para comprar la planta alemana que había quebrado, esperaban que ese negocio fuera rentable, y no resultaron las cuentas.

Los gobernadores que vivieron este proceso fueron Eduardo Livas y Eduardo A. Elizondo, este último era consejero de Fanasa. En Monterrey estuvieron los alcaldes Leopoldo González Sáenz, Abiel Treviño y César Lazo, mientras que en Escobedo estuvieron Leopoldo Cárdenas Villarreal y Leonardo Villarreal. El proyecto industrial firmado por Ernesto Santos Galindo determinaba que a partir de 1964 se producirían 6 mil autos el primer año, 12 mil en el segundo, 15 mil en el tercero y 18 mil en el cuarto. 

Este magno proyecto automotriz generó noticias importantes a granel, y una de ellas fue que se encontraron -a la hora de excavar cimentaciones- los restos de un mamut del periodo pleistoceno -de 20 a 25 mil años de antigüedad-.

El ambiente laboral era muy bueno al principio, tanto que Borgward tuvo un equipo de básquetbol en segunda fuerza, así como un equipo de fútbol soccer.

Sin embargo, el problema fue comercial, pues el precio del automóvil regiomontano era de 59 mil 500 pesos, contra 42 mil de su competencia. Al estar fuera del alcance de los automovilistas, las ventas se cayeron, y sucedió cualquier cantidad de cosas negativas en los aspectos laboral y productivo, por lo que la planta cerró sus puertas en 1961.