El renunciado ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Dr. Eduardo Medina Mora, está bajo investigación por la Unidad de Inteligencia Financiera de la SHCP y muy pronto quizá por la propia Fiscalía General de la República (FGR) por algunas transferencias financieras oscuras y por varios millones de libras esterlinas y dólares. Esa investigación seguirá su curso y de seguro irá poniendo al descubierto nuevos y escandalosos delitos tipificados generalmente como “lavado de dinero”.
Sin embargo, la mayor responsabilidad de Medina Mora ante la historia fue el haber permitido, como Procurador General de la República, bajo el gobierno de Felipe Calderón, el operativo Rápido y Furioso del FBI y el Departamento de Justicia de EU. Ese operativo, como otro antes de él, el de “Receptor Abierto”, fueron vehículos para dotar a los cárteles de la droga mexicanos de armas de alto poder y desataron la ola de sangre y violencia que vivimos a partir del 2006 en nuestro país. En Washington gobernaban George Bush y Barak Obama, en los tiempos que nuestro país se llenaba de sangre con cientos de miles de muertos, más que en la guerra de Irak , como ya se ha documentado. Los cárteles, armados con rifles R-15, ametralladoras Barrett, explosivos y lanza misiles, podían enfrentarse al Ejército mexicano y aplastar fácilmente a las policías locales y estatales.
Todo mientras el gobierno de Felipe Calderón decía llevar a cabo una “guerra” contra el narcotráfico, que se justificaba por el poderío que los cárteles de la droga habían adquirido súbitamente, que sólo era un parapeto para permitir el gran negocio de lavado de dinero en los bancos y el aumento de la producción de heroína y otras drogas así como su trasiego. La llamada guerra al narcotráfico sólo sirvió para justificar el gasto de miles de millones de dólares en armamento para policías y Ejército a las grandes empresas productoras de armas como el grupo Carlyle, al que por cierto Medina Mora estaba vinculado. Aparte de su enriquecimiento inexplicable y otros delitos que pudieran encontrarle, Medina Mora es responsable ante la historia por ser protector y aliado de los dos bandos de ola de sangre que ha cubierto al país desde 2006 hasta nuestros días.