03/May/2024
Editoriales

Rodrigo Gómez Gómez y el Hombre Pájaro

Cuenta la leyenda que allá por las faldas de la Sierra de Santiago y márgenes de la Presa Rodrigo Gómez Gómez, (la boca).  Cerca de la cueva  de los murciélagos, apareció (2018) en un paraje verde-encino, una figura sobrenatural de enormes dimensiones. Al parecer, cuentan las crónicas de los turistas y lugareños, quienes quedaron estupefactos al ver el suceso, se trataba  de un ser alado como un pájaro de color negro mate, un humanoide que volaba al horizonte con delicada formación. Nunca supe si el hombre pájaro con sus afiladas garras, al acechar a sus presas hirió o mató a alguien, ya sea  animal o ser humano. Espero que no. Y desearía no topármelo nunca. Imagínese usted, que te atrape  se vaya a las alturas, te deje caer, ya en el suelo moribundo, te vuelva a agarrar, para después llevarte a su nido para comerte. Sin duda preferirá que alguien me pellizque para dejar de soñar. En ese año, los medios de comunicación y la red social Facebook,  hicieron de las suyas y pronto  el suceso se viralizó a nivel nacional.  Con los años pasar, sólo quedó el recuerdo de una leyenda sobrenatural más. Pero las leyendas dejan de ser populares al no confirmarse la  veracidad  de lo acontecido. Se esfuman las ilusiones como diría  el afamado escritor de origen sueco “Johann August Strindberg”. 

 Muy al contrario de lo que sucede con ello.  Las  grandes hazañas de la humanidad, son claros ejemplos de valor, esfuerzo, perseverancia. Al citar a personajes visionarios como: Cristóbal Colón el descubridor de América, a Roald Admundsen, quien descubrió el polo sur, o a los astronautas de la nave interplanetaria Apolo XI, quienes tocaron tierra en la Luna. O también Amelia Earhart, primera mujer en cruzar el atlántico, que me dice de  Hillary Edmund, quien conquistó el monte Everest. En otra escala pero no por eso menos importante queremos dejar constancia  de la HAZAÑA de un ilustre linarense. Don Rodrigo Gómez Gómez, (1897). Quien fue un banquero, economista y político mexicano. Se desempeñó como el director general del Banco de México de 1952 hasta su muerte en 1970, durante el periodo denominado el Milagro mexicano. El Banco de México fue su centro de trabajo durante treinta y ocho años, diez y ocho de ellos ocupó el cargo de director general del banco central, durante tres periodos presidenciales con: los Presidentes, Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958); Adolfo López Mateos, (1958-1964), Gustavo Díaz Ordaz,(1964-1970). 

 Sobre nuestro personaje en su obra “Rodrigo Gómez y Gómez: el fomento económico y la estabilidad, dos caras de una misma moneda  Ma. Eugenia Romero Sotelo, UNAM, Instituto de investigaciones históricas, Facultad de Economía, decía; que fue uno de los hombres que forjaron el periodo de la historia económica de México, llamado Desarrollo Estabilizador. Como director general del Banco de México, Rodrigo Gómez mantuvo un gran interés por los problemas del desarrollo de la economía mexicana. En su reflexión la estabilidad y el desarrollo no se le presentan como un dilema. Trazó un modelo de banca central en cuyo planteamiento, el sistema bancario tenía la obligación de aplicar los ahorros a la inversión productiva en beneficio de la economía y la sociedad mexicana. En otras palabras, el banco central desarrolló un sistema de encaje por cajones destinado a hacer una canalización selectiva del crédito hacia las áreas que, dentro de la política prevaleciente, necesitaran apoyo financiero. Fue un gran promotor de instituciones financieras, de docencia y de investigación económica. Después de varios años al servicio de la banca privada. Fue en el año 1933, cuando Agustín Rodríguez, el director general del Banco de México,  lo invitó a ocupar el cargo de Jefe del Departamento Extranjero para " ayudar a estabilizar la cotización del peso". Rodrigo Gómez, no perdía de vista que los objetivos de la política económica del gobierno debían de estar dirigidos a promover la expansión de la economía mexicana; para proveer de ocupación y empleo, y con ello dotar a la población de calidad de vida. Sostuvo que la expansión con estabilidad monetaria y libertad de cambios requería de una delicada política financiera, sin separarse del equilibrio presupuestal, pero con el mantenimiento de un circulante monetario acorde con la producción de bienes y servicios y su intercambio, lo que permitiría ampliar el crédito destinado a la producción. Para ese fin, uno de los instrumentos utilizados como mecanismo de fomento fue el control selectivo de crédito a través del mecanismo del encaje legal.

 Cuando Rodrigo Gómez muere, el 30 de agosto de 1970, el Consejo de Administración del Banco de México nombró en su sustitución a Ernesto Fernández Hurtado, quien hasta esa fecha venía fungiendo como Subdirector,  Es importante mencionar que Fernández Hurtado fue el hombre que compartió junto con Rodrigo Gómez el concepto de desarrollo con estabilidad. No está de más decir que Rodrigo Gómez fue un hombre que sí bien le preocupó la estabilidad nunca abandonó su preocupación por el desarrollo económico de México y el bienestar de su población. Pensó que la estabilidad monetaria vinculada al desarrollo económico era la estrategia de política económica adecuada para lograrlo. Fue un latinoamericanista preocupado por la formación de buenos profesionales de la economía. 

En Nuevo León, consciente de la carencia del vital líquido, y una vez sido informado de corrientes que fluían en la zona de la entonces Villa de Santiago, y que se reunían en la adjuntas, para pasar por el Cañón de La Boca e irse a verter al río San Juan. Donde se reunían las aguas de los arroyos de La Chueca, las Cristalinas, San Francisco, los ojos de agua de la Villa y de la Cola de Caballo.  Y una vez  de haberse convencido él mismo. La  Hazaña de Don. Rodrigo consistió en  impulsar  desde el Banco de México, la  construcción  en el mágico municipio Santiaguense. De una ejemplar presa que suministrara agua potable a los vecinos de la  zona metropolitana de Monterrey. Para ello contó con el apoyo  y gestión del entonces Gobernador, Raúl Rangel Frías y del primer Mandatario, Adolfo Ruiz Cortinez, quien autorizo el diseño final de la obra. La presa inició su levantamiento en 1961, para ser inaugurada en 1963. Este embalse abarca 455 hectáreas y tiene una capacidad de 35 millones de metros cúbicos. Y hoy  gracias a esa profunda visión  y al temple de nuestro referido personaje en la actualidad, usted y yo seguimos teniendo agua en nuestros hogares, aunque últimamente el preciado líquido empieza a negarse. Por acuerdo del Presidente de la República, en 1970, Gustavo Díaz Ordaz, se le impuso a la obra  terminada el nombre de Rodrigo Gómez Gómez.

 Por lo pronto: durante el homenaje póstumo que la sociedad numismática de Monterrey le rindió (1984) quedó asentado en el libro del autor Gerardo Guidi Kawas, llamado vida y obra de Rodrigo Gomez Gomez, el mensaje del gobernador Alfonso Martínez Domínguez, quien comentó de él; nunca olvidó su origen, jamás modificó su carácter sencillo y provinciano. No lo evaneció el poder y la gloria y supo transmitir junto con sus vastos conocimientos, la modestia en la conducta y la lealtad a las instituciones. Supo impulsar  la juventud estudiosa y a muchos muchachos de la época becó dentro y fuera del país, lo que permitió a México contar con un buen número de expertos en el complejo y muy necesario ámbito de la economía.

 Sobre el mismo tema, el alcalde de Monterrey, Ing. Oscar Herrera Hosking, evocó su discurso diciendo; Su infatigable labor bancaria, su carrera como hombre público, no le impidieron, sin embargo ofrendar en aras de la comunidad regiomontana su voluntad de servir, de apoyar a otros. Tenía la reciedumbre de Nuevo León. 

 

 

Comentarios:rodin2511@hotmail.com