28/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Noviembre 28 de 1815: Trasladan a José María Morelos de la Inquisición a la Ciudadela, en Ciudad de México. Estaba preso desde el 5 de noviembre, pues El Siervo de la Nación era el enemigo mayor en contra del Virreinato, pues continuó la Guerra de Independencia iniciada por Miguel Hidalgo, consiguiendo tambalear el Gobierno español. Para el 10 de julio, la Inquisición -ya desesperada- declaró excomulgados a quienes poseyeran la Constitución de Apatzingán, lo mismo a quienes no denunciaran estos papeles y/o a los que propagaran la insurrección. Y Más nerviosos se pusieron los realistas al enterarse que Morelos había escrito desde Puruarán al presidente norteamericano James Madison, para que reconociera la independencia de México, nombrando a José Manuel de Herrera como ministro plenipotenciario. La respuesta es la clásica de Estados Unidos, prohibiendo que se apoyara a los insurgentes. Sin embargo, eso no afectaba en nada a Morelos, pero el 28 de septiembre, salió el Congreso de Uruapan rumbo a Tehuacán, y él personalmente lo custodiaba. Y como esa salida salió bien, el 5 de noviembre Morelos de nuevo acompañaba al Congreso que se movía de Temalaca a Pilcaya, y fueron atacados por el realista Manuel de la Concha, y como fue un ataque sorpresivo, Matías Carrasco prendió a Morelos y lo llevó a Atenango del Río. Allí comenzó el calvario de Morelos pues fue llevado a la Inquisición el 22 de noviembre y, a pesar de que el defensor José María Quilés propuso el canje de la libertad de Morelos a cambio de su ayuda para sofocar a la insurgencia, arrancó un proceso degradante para Morelos y para la insurgencia pues las torturas hicieron que el héroe nacional diera informes que pusieron en peligro el objetivo de independizar a nuestro país. A pesar de su conducta dócil y de cooperación con sus enemigos, Morelos terminó fusilado el 22 de diciembre y sepultado en la parroquia de Ecatepec. José María Morelos y Pavón es uno de nuestros más grandes héroes nacionales.