20/Apr/2024
Editoriales

La Conquista, otra vez

El mexicano Christopher Domínguez entrevistó a varios historiadores que han escrito obra relativa a la Conquista de nuestro país. Todas las entrevistas son documentos valiosos, y el de Hugh Thomas es, a mi gusto, de los mejores. Será porque su obra La Conquista de México (1993) me fascina, es tan relevante que casi le obligó a convertirla en una especie de trilogía sobre el Nuevo Mundo con “La Trata de esclavos” (1997) y “El Imperio español de Colón a Magallanes” (2003).

Thomas murió en 2017, así que esta entrevista, traducida al español por Tanya  Huntington, realizada en el bicentenario 2010, es muy importante pues Thomas habla espeso luego de conocer a fondo al México antiguo. Estuvo enamorado de nuestro país, y su novela sobre Moctezuma comienza a ponerse de moda nuevamente.

En la entrevista sostiene que La Malinche sí fue una traidora y que él no desearía a nadie vivir o morir entre los aztecas. Sustenta su tesis de que la Iglesia de Roma con todas sus fallas y grandezas es una institución que ha apoyado al individuo como persona. Califica a la religión del México antiguo como mucho más dura que la cristiana. Determina algunas diferencias que le dieron el triunfo a los españoles, como son: las espadas de acero de Toledo versus las de madera de los mexicas, y luego el uso de los caballos, aunque pensaba que si hubiese pasado más tiempo antes de la conquista, tal vez los venados le hubiesen dado a los mexicas la posibilidad del uso de la fuerza animal para fines agrícolas.

Que tal vez hubieran descubierto la rueda pues ya andaban cerca con objetos circulares y ya había iniciado un proceso que eventualmente pudo haberse inventado el uso que a la rueda se le daba en Europa. De los dos náufragos españoles que llegaron a Yucatán en 1511 -Gerónimo de Aguilar y Gonzalo Guerrero- explica su interpretación de las diferencias entre los dos: uno colabora de traductor y el otro lucha en contra de los españoles. Aguilar no era partidario de Cortés, y Guerrero no quería volver a España. El primero de ellos tuvo un papel relevante en la conquista pues aprendió algo de maya, pudiendo así comunicarse con Malinche o Marina. Dice que Aguilar tuvo tanta importancia como Marina. Claro que ella es más dramática porque era mujer y hablaba maya y náhuatl. Para Moctezuma y su corte fue muy sorpresivo que una mujer se dirigiera a ellos, por ser insólito. Ante una pregunta expresa Thomas dice no creer que ese haya sido el antecedente de la liberación femenina en las Américas.

Los dos españoles náufragos eran diferentes porque Aguilar no tenía familia y Guerrero ya tenía mujer e hijos yucatecos para cuando llegó Cortés. Esa familia fue determinante para que Guerrero no quisiera traicionar a los mayas, y concluye diciendo que este hombre fue un esposo más leal de lo que eran muchos españoles de aquella época. Afirma que de los discursos de Cortés aprendieron los mexicas a pesar de que eran traducidos por Aguilar al maya y luego al náhuatl, y luego por Marina.

Es obvio que en ese largo proceso se perdían muchos conceptos en el proceso, por ello Cortés le interesaba siempre reclutar intérpretes, pero los conceptos generales sirvieron a los escuchas nativos. Después Thomas defiende a Marina narrando sus sufrimientos en su familia que la vendió como esclava y de Cortés dice que era muy entusiasta y que nunca perdía el temple. Lo describe con una personalidad atractiva que “conquistó” a Moctezuma enseñándole a usar el arcabuz y haciéndolo sentir bien. En fin, el tema es emocionante y destaco acaso que Christopher Domínguez es mucho mejor crítico literario e historiador de la literatura de lo que yo pensaba.