Mueren asesinados en México unas 90 personas al día. Por más adornos y maquillaje que le pongan a las cifras, la gente tiene miedo, pues de ser en el mundo, hasta hace una década, el país con el índice mayor de felicidad, ahora somos un pueblo muy angustiado. 

Para darnos idea del tamaño de nuestro problema, recordemos que la Guerra de Afganistán que inició en 2001 es el conflicto armado más letal del mundo actual y en más de dos décadas en total se habla de 140 mil muertos entre militares y población civil. 

Mientras que en nuestro país han muerto por homicidios dolosos de diciembre de 2018 y abril de 2023, más de 152 mil personas. Y si a estas cifras le sumamos el número de desaparecidos, hallazgos de cuerpos enterrados en fosas clandestinas, y números no oficiales, se llega a niveles estratosféricos.

La crítica mayor al gobierno actual es que se está combatiendo al crimen organizado, principal generador de estas terribles matanzas, con ‘programas suaves’ por decirlo de la mejor manera posible.

Todos los entes tienen derecho a su autodefensa, las personas y las naciones se defienden ante cualquier ataque, pero en México no se puede portar un arma para defenderse de un asalto, sin el permiso de la autoridad, aunque los delincuentes estén más y mejor armados que los soldados. Desde luego que abolir esta norma generaría otro tipo de problemas, pues nunca será lo mismo discutir sin, que con armas, y mientras haya consciencia de esto, se elevaría mucho la tasa de homicidios entre la población.  

El hombre siempre busca la paz preparándose para la guerra, y prueba de ello es que los himnos nacionales generalmente son gritos de guerra, no para motivar el trabajo individual, ni la educación, son para unir a la población en torno a la defensa de su patria con las armas. Por ejemplo:

La Marsellesa, que es el himno de Francia dice en su coro: ‘¡A las armas, ciudadanos! ¡Formad vuestros batallones!’

La primera estrofa del himno de los Estados Unidos dice: ‘Sus estrellas, sus barras faltaban ayer en el fiero combate en señal de victoria’

El himno de Chile que huye de la dictadura dice ‘Vuestros nombres, valientes soldados, que habéis sido de Chile el sostén, nuestros pechos los llevan grabados; los sabrán nuestros hijos también. Sean ellos el grito de muerte que lancemos marchando a lidiar...’

El himno de nuestra vecina Guatemala dice: ‘Nunca esquivan la ruda pelea, si defienden su tierra y su hogar, que es tan sólo el honor su alma idea y el altar de la patria su altar’.

Desde luego que el himno nacional mexicano también es una convocatoria a la violencia defensiva, mismo que con su ‘Mexicanos al grito de guerra’ nos acompañó contra los invasores norteamericanos (1846) y luego franceses (1862), así como en las otras invasiones norteamericanas ‘menores’, la de 1914 (Veracruz) y 1916 (Expedición Punitiva), y desde luego, acompañó al Escuadrón 201, en Filipinas durante la Segunda Guerra Mundial.

No es fácil en ningún país enfrentar a la delincuencia, pero está claramente demostrado que el mexicano es uno de los peores sistemas de seguridad del mundo.

Algo debe hacer la próxima Presidenta de la República, pues el agonizante sexenio actual nunca supo dar pie con bola.  

Pero faltan largos meses y mientras se elige a la nueva dirigente nacional, que será hasta el próximo día dos de junio, algo debiéramos hacer para frenar esta racha criminal, para comenzar, hagamos de nuestro grito de guerra del Himno Nacional Mexicano, uno que luche contra la injusticia  y el delito rechazando la violencia vana e injustificada que nos hace indiferentes ante el dolor humano. No nos acostumbremos a leer las cifras de muertos en la nota roja como si fuera un mal necesario. Protestemos al menos.