28/Mar/2024
Editoriales

El Destierro de Emiliano

Me han contado de un tal Emiliano, dicen que está embrujado. ¡Oh por Dios!... ¿Será cierto?

Este hombre, que no se apellida Zapata, es el protagonista de una novela de ficción esotérica titulada “El Destierro de Emiliano”, -mi más reciente creación-, en la cual, me he divertido a lo grande relatando las aventuras de este desdichado personaje quien vive lejos de sospechar cuál es el origen de todos sus males. Por supuesto, su esposa Norah es quien se roba el protagonismo en esta inusual historia, buscando una justicia poética y divina que enaltezca su lucha al final del camino.

Me he lanzado a la aventura entrelazando dos mundos, el cotidiano y tangible con aquel al que podríamos llamar “fantástico”, en el que todo lo inimaginable puede suceder.

José Portolés, autor de la novela “Los hombres rojos de Atlántida” le ha regalado un lindo prólogo a este relato por demás marcado por situaciones inusuales y nos invita a leer ésta novela comentando lo siguiente:

Amigo lector, amiga lectora que leéis los prólogos de los libros: Estáis a punto de acompañar a Norah en su viaje al pasado, futuro y presente en busca de su anhelada felicidad; una felicidad que ella no sabe aún en qué consiste ni dónde ni cómo hallarla, pero la veréis luchar para conseguirla girando sobre sí misma en el torbellino de sus amigos y su vida cotidiana, los vientos de la familia y las redes sociales, las mareas de la vida y la magia, las tempestades donde callan los vivos y hablan los muertos, los lagos de su vida y los ríos de sus posibles vidas.

Beatriz te acariciará con sus palabras para sumergirte en realidades intangibles y magia tangible, porque no escribe para demostrar nada sino para hablarte como se le cuentan las confidencias a la mejor amiga y de esta manera susurrarte los gritos de su desnudo corazón, acariciando tu intelecto con los secos y contundentes martillazos de la fragua de sus emociones para hacer florecer tus sentimientos. Porque de sentimientos y emociones nos habla en esta obra; y de lo esotérico de la realidad, y de la agonía de la creación artística.

Gente normal y corriente, artistas, amigos de las redes sociales, brujos, espíritus, anhelos, frustraciones, cotidianidad y magia, mucha magia, saltan de los renglones para acunar tu alma y lo más profundo de tu corazón, porque todos y todas tenemos mucho de la pintora Norah aunque solo reconozcamos tener un poco, porque todas y todos nos identificamos con Norah en su mundo tan cotidiano y real como mágico y esotérico.

Deja, pues, que las pinceladas que trazan los renglones de Beatriz mezclen los colores en la paleta de tu propia alma para hacerte amar a Norah con la magia de todas sus humanas imperfecciones, atrévete a entrar en su irreal cotidianidad para encontrarte con tu propio yo tan decidido como indeciso.

Amiga lectora, amigo lector: Descubrirás que el pincel de Beatriz no pintará el cuadro de Norah, sino el de tu propia alma.

Pero veamos un poco de la historia, los invito a descubrir las primeras líneas de esta novela. Todo comienza así:

Capítulo 1

Una sentida plegaria

Tu que eres abogada contra las más duras inclemencias, en mi doloroso y triste presente, acudo a ti con fervor y con esperanza para pedirte que sanes mi corazón y me traigas de nuevo a mi amor ausente…

Esa noche, las luces de las velas que Norah había encendido, bajo ese ligero y tenue brillo, no sólo iluminaban la habitación de aquella vieja casa en donde desde hacía tiempo se respiraba tristeza, silencio e infinita desesperación, sino que también, cobijaban las esperanzas vivas en su alma, puestas todas de principio a fin, en aquella sentida plegaria a Santa Bárbara de Nicomedia. Llevaba dos meses repitiendo sin cesar ese y otros tantos rituales para recuperar su felicidad, aquella que un despiadado hombre le robó, una mañana de abril; de esto hace ya muchos años.

Sin clemencia ni piedad alguna, Joaquín, acechó a su presa, en silencio, durante mucho tiempo. Era atento, servicial y generoso. Con frecuencia resolvía los problemas de la cañería, la electricidad, los desperfectos en el techo que filtraban agua en tiempos de intensa lluvia, y de vez en cuando, también reparaba los juguetes rotos de los pequeños niños; por tal motivo, nadie intentó jamás ver a través de su álgida mirada para poder descubrir aquellas tan oscuras intenciones; y así, lejos de sospechar que algo sumamente delicado pasaría, Norah y Emiliano siempre le brindaron una amistad sincera.  Se mostró  como el amigo incondicional del matrimonio Zarzosa Cáceres; no obstante, nunca fue un amigo leal, sus demonios internos lo convirtieron en un enemigo muy poderoso. Quiso desterrar a quien le estorbaba y usurpar su lugar. Norah nunca supero esa pérdida pero tampoco encendió una sola vela durante años para intentar recuperar a quien hoy, se encuentra vagando en los retorcidos caminos de la ausencia.

Emiliano no tuvo la culpa de aquella guerra campal donde en medio de un gran dolor, se derramaron cuantiosas lágrimas, tampoco ella. Ambos fueron víctimas de la perversidad de ese individuo que sin escrúpulos se dejó llevar por la lujuria, acudiendo a brujos o hechiceros de alta magia, buenos, malos y regulares; pagándoles a todos, grandes sumas de dinero con tal de conseguir su objetivo. Obsesionado hasta la locura, él solo pensaba en conseguir -al precio que fuera-, los placeres carnales de la esposa de su amigo y conquistar para siempre su corazón, ese que por mandato divino le estaba totalmente prohibido.

Rondaba la media noche cuando una de las llamas de aquellas veladoras encendidas con infinita esperanza, incrementó considerablemente su tamaño. Norah percibió ese incremento como una señal de que sus plegarias habían sido escuchadas y sintiendo consuelo en su alma se dispuso a dormir.

A la mañana siguiente, su desilusión fue mayúscula tras descubrir una intensa negrura en el vaso de la veinteava veladora encendida y esto la hizo llamar con urgencia a su amiga Carol para contarte a detalle lo sucedido:

-       La lucha entre el bien y el mal, eso estamos viendo. Le dijo Carol a través de la bocina de su teléfono celular.

-       ¡Pero… ya son muchas veladoras! Y mis fuerzas empiezan a flaquear, estoy débil. Mi energía no es la misma que hace dos meses.

-       Debes continuar amiga, no puedes permitir que la oscuridad venza a la luz. Algo me dice que pronto, muy pronto, resolverás todos tus problemas.

-       Te creo, tú nunca te equivocas en tus predicciones…

Para quienes la acompañan en su presente, no era novedad nada de lo que sucedía. Sin embargo, al día de hoy, el mal de males ya era otro, el más común de todos, uno con rostro de mujer. Desconocida, desafiante, insistente, malvada y manipuladora… Por desgracia, así lucía su nueva enemiga.

Hacía un par de años que Joaquín había sido presa de su propio maleficio y el destierro le había llegado como por arte de magia, producto de una factura pendiente con el Karma. Esa fuerza poderosa que en ocasiones tarda pero jamás olvida cobrarse lo que bien le deben, se había regocijado al sentenciarle pago forzado por su atrevida y nefasta conducta de ayer.

Al llegar la tarde, una poderosa tormenta amenazó con arribar. Al filo de las cinco, el cielo lucía por completo un tono gris intenso que opacaba cualquier intento –por insignificante que fuera- de disfrutar un bello atardecer. Aun así, algo contuvo el aguacero.

“Si pudiera, tomaría el primer vuelo con destino a… Mi felicidad”

Esta historia continuará, pero antes de retirarme a vivir la vida real, la que sucede allá afuera, en las calles y avenidas de la ciudad, les dejo el enlace donde se encuentra disponible de principio a fin esta divertida novela.

https://www.amazon.com.mx/Destierro-Emiliano-Beatriz-Flores-Batista-ebook/dp/B07NSGNQYR/ref=sr_1_fkmrnull_1?__mk_es_MX=ÅMÅŽÕÑ&crid=35OCAMU6LBTUP&keywords=el+destierro+de+emiliano&qid=1558578823&s=gateway&sprefix=el+destierro+%2Caps%2C379&sr=8-1-fkmrnull