Nacional

El auge de las exportaciones a costa del crecimiento y el salario

Son pocas las cifras que hay que conocer para darnos cuenta de que el auge de las exportaciones entre 1994, el año del inicio del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN), y el 2016 ha sido a costa del sacrificio del salario y la supresión del crecimiento, demostrando con ello que las exportaciones son para México una forma de desangramiento.

Entre 1975 y 1982 México creció cada año más de un 5% y llegó a alcanzar un crecimiento del PIB de 9.1% en 1979 y de 8.5% en 1981. Durante ese periodo las exportaciones anuales más altas fueron de 23,307 millones pero de pesos no de dólares y en los años anteriores fueron de menor envergadura como las de 1979, el año de un crecimiento del PIB de más de 9%, cuando las exportaciones fueron sólo de 8,817 mdp.

Hay que decir que antes de 1982 el crecimiento promedio del PIB fue de 6.5% anual y dentro de éste el sector industrial creció un promedio de 8% anual y dentro de este el de BIENES DE CAPITAL creció un 10% promedio. Con el inicio del aumento de las exportaciones sobrevino la caí­da del PIB y del crecimiento en general. Las exportaciones crecieron de 24,055 millones de dólares (mdd) en 1982, a 49,719 en 1990, a 60, 882 mdd en 1994 --- el año del afirma del TLCAN--; a 166,120 mdd en el 2000 y a 391,000 en el 2014 el mejor año en la historia para ese rubro de la economí­a mexicana. Sin embargo, desde 1983 el crecimiento del PIB se colapsó y luego se estancó pues entre 1983 y 1988 cayó a; 1.8%, y entre 1988 y 1994 creció sólo un 2.1%, y en entre 1994 y 2000 sólo 1.9%, mientras que entre 2000 y 2006 el crecimiento del mismo PIB fue sólo de 0.92% y, finalmente, entre 2006 y 2012 creció sólo un 0.42%.

El año pasado el crecimiento del PIB fue sólo de 2.3% y este 2017 se espera un crecimiento de sólo 1.7%, aunque algunos menos optimistas lo dejan en menos de 1.5%. Como se puede ver y entender en estas cifras, el auge de las exportaciones ha sido a costa del sacrificio de la economí­a nacional y de la población que es desangrada para mandar al mercado externo productos baratos elaborados con la mano de obra más barata del mundo y pagada con una moneda que es la más devaluada del mundo también.