Internacional

Guaidó busca comunicación directa con militares de EEUU

 

CARACAS  — El dirigente opositor venezolano Juan Guaidó dijo el sábado que dio instrucciones a su enviado político en Washington para que inicie de inmediato relaciones con las fuerzas armadas de Estados Unidos a fin de aumentar la presión al presidente Nicolás Maduro y obligarlo a que renuncie.

Guaidó señaló que pidió a Carlos Vecchio, a quien Estados Unidos reconoce como el embajador de Venezuela, que inicie “comunicaciones directas” con vistas a una posible “coordinación militar”.

Las declaraciones que Guaidó emitió al término de un acto político constituyen uno de los llamados públicos más firmes a favor de una mayor participación estadounidense en la crisis que se agrava con rapidez en el país. Aunque Guaidó repite declaraciones del gobierno de Donald Trump como “todas las opciones” están sobre la mesa para derrocar a Maduro, son pocos quienes en Estados Unidos o la oposición venezolana consideran posible la acción militar. Y la Casa Blanca no ha indicado que sopese con seriedad una intervención de ese tipo.

Sin embargo, debido a la alta tensión entre Estados Unidos y Maduro, el intercambio de críticas ha aumentado de tono.

El sábado, el ministro venezolano de Defensa, Vladimir Padrino, condenó lo que describió como la incursión ilegal de un escampavía de la Guardia Costera de Estados Unidos en aguas territoriales venezolanas. Padrino no presentó pruebas que respaldaran sus afirmaciones pero señaló que buques de la armada de Venezuela obligaron al escampavía a retirarse.

“No sé si en otras repúblicas aceptarán acciones como estás en sus aguas jurisdiccionales, pero nosotros no lo vamos a aceptar”, señaló.

La coronel del ejército Amanda Azubuike, portavoz del Comando Sur, dijo que una embarcación de la Guardia Costera de Estados Unidos efectuaba una misión para interceptar drogas en aguas internacionales en el mar Caribe. Declinó abundar en declaraciones.

En los últimos días, Padrino también condenó lo que llamó un intento de las fuerzas armadas estadounidenses para sembrar la discordia al interior del estamento militar de Venezuela, declaración que suscitó una enérgica respuesta del jefe del Comando Sur, almirante Craig Faller, quien dijo que “está listo” para asistir a Guaidó.

“Espero discutir cómo podemos apoyar la futura participación de esos (dirigentes de las fuerzas armadas venezolanas) que hagan la decisión correcta, que antepongan al pueblo y la restauración del orden constitucional en Venezuela”, aseveró Faller.

Como presidente de la Asamblea Nacional, Guaidó emprendió en enero una campaña para derrocar a Maduro, ganándose el apoyo de Estados Unidos y de más de 50 naciones.

Guaidó anunció el sábado una próxima reunión con funcionarios militares estadounidenses y señaló que las nuevas acciones adoptadas por la oposición buscarán “lograr la presión necesaria” para poner fin a la revolución bolivariana emprendida hace 20 años por el hoy fallecido presidente socialista Hugo Chávez.

Guaidó ha dicho que como gobernante legítimo de Venezuela tiene la facultad de invitar una acción militar extranjera de la misma manera como el héroe independentista Simón Bolívar contrató a 5.000 mercenarios británicos para liberar a Sudamérica del dominio español. Añadió que toda ayuda de este tipo debe ser considerada una “cooperación” y no una intervención, como la que Maduro ha permitido en la forma de apoyo militar y de inteligencia de sus aliados, Cuba y Rusia.

En los últimos días, el gobierno venezolano ha intentado incrementar su presión contra la oposición con el arresto de Edgar Zambrano, el número dos de la Asamblea Nacional controlada por la oposición. Otros legisladores anti-Maduro se han refugiado en varias embajadas y el máximo tribunal del país anunció que lo investigaría a Zambrano y a otros nueve miembros del Congreso.

Por otra parte, es muy notoria la disminución de las multitudes que participan en las protestas opositoras, un reflejo del creciente temor y desmoralización entre las filas de simpatizantes de Guaidó después que encabezara una fallida revuelta militar el 30 de abril. En los meses previos, miles de manifestantes acudían a los llamados de Guaidó a escenificar protestas.

El sábado, centenares de venezolanos, un número modesto, se reunieron en la capital, Caracas.

“Vivimos en dictadura”, dijo Guaidó. “Mantengámonos adelante, la opción no es quedarnos en casa esperando, sino mantenernos exigiendo nuestros derechos en las calles, para conquistar la libertad”.

Según Guaidó, que se declaró en enero presidente interino de Venezuela, Maduro ganó de manera ilegítima un segundo periodo en elecciones amañadas.

Pero Maduro se ha asegurado la lealtad de los comandantes, y con ello el control de las fuerzas armadas. Califica a Guaidó de “títere” del gobierno de Trump y dice que Estados Unidos apoya el golpe en su contra para apoderarse de los vastos recursos petroleros del país.

“El imperio de los EE.UU. pretende acabar con la Revolución Bolivariana porque demostramos al mundo que si se puede hacer justicia social”, tuiteó Maduro.

Otrora una rica nación petrolera, Venezuela ha sido arrastrada hacia el derrumbe económico y social asolada por una elevada inflación y una escasez de artículos básicos que ha causado la emigración de unos 3,7 millones de ciudadanos del país.