Unos hindúes habían traído un elefante y lo exhibieron en una casa que estaba a oscuras.
Muchas personas entraron, de una en una, para verlo.
Como no podían verlo con los ojos, lo palparon con una mano.
Uno de ellos puso su mano en la trompa y al salir dijo: El elefante es como una caño de agua. Otro le tocó la oreja y dijo: el elefante parece un abanico. otro, le tomó de una pata y describió al elefante como una criatura que tiene forma de pilar. Otro más le puso la mano en el lomo y dijo: el elefante es como un trono; sus descripciones variaban conforme lo habían percibido.
Esto mismo sucede cuando vemos o sentimos sólo una parte de cierto fenómeno, pues todos lo percibimos diferente.
Cuento sufí