26/Apr/2024
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Cultiva estevia con bacterias de tecnología sostenible

Con celdas de combustible microbiano en aguas residuales el doctor Alejandro Isabel Luna Maldonado, de la Facultad de Agronomía de la UANL, cultiva plantas de stevia y busca generar energía eléctrica.

 

Desde hace años, el doctor Alejandro Isabel Luna Maldonado ha investigado modelos inteligentes de procesamiento de imágenes de plantas. Este año 2020 estudia un modelo de fertilización bioelectroquímico cultivando estevia.

 Para ello utiliza las celdas de combustible microbianas (en inglés microbial fuel cell MFC) que hace años desarrolla el doctor Bruce E. Logan de Penn State (Universidad Estatal de Pennsylvania), en Estados Unidos.

 

 

“El objetivo es que este sistema, también llamado bioelectroquímico, produzca fertilizantes”, dijo el catedrático de la Facultad de Agronomía de la UANL e investigador Nivel I del Sistema Nacional de Investigación (SNI).

 Los microorganismos que utiliza el investigador forman parte de un microbioma, necesario para llevar a cabo los procesos de transferencia electrónica y así cumplir con las funciones del sistema bio-electroquímico buscado.

 

Diversifica las líneas de investigación

En los últimos cuatro años el doctor Luna Maldonado ha participado en el Paicyt trabajado en el diseño, clasificación y desarrollo de modelos inteligentes de procesamiento de imágenes de varias especies y géneros de plantas. El año pasado fue del nopal (opuntia ficus-indica).

 Para este proyecto quiso intentar fertilizando cultivos de estevia, una edulcorante natural de origen sudamericano del cual conocemos poco en la región y en México. En su experimento utiliza suelos traídos de los municipios de Marín y Zuazua Nuevo León.

 

 

“Pensamos en la estevia porque no la conocemos bien. La idea es la reducción de fertilizantes inorgánicos y tratar de hacerlos más orgánicos. Los costos habría que analizarlos mas adelante”, dijo el investigador.

 Luna Maldonado tiene en mente otro proyecto de generación de energía con el nopal. Pero quiere ser cauteloso, pues la caña de azúcar y maíz -que producen etanol- necesitan un control de esas especies a gran escala para no afectar al ecosistema.