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Obrador frustrado por la gran violencia

CIUDAD DE MEXICO- El presidente de México Andrés López Obrador decidió apostar todo su capital político a la "pacificación del país" frustrado por la rampante violencia que no ha logrado hasta ahora poner a raya como prometió durante su campaña electoral.

"Tengo confianza en que vamos a seguir avanzando hasta pacificar al país. Es un desafío, una responsabilidad, una convicción", señaló el mandatario, indicando que si no lo hace "no vamos a poder acreditar históricamente a nuestro gobierno". Sin embargo, señaló que "ahí vamos, poco a poco" en materia de inseguridad, y dijo que el lema "abrazos, no balazos", que se ha convertido en el mantra de su gobierno en este ámbito, y ha sido objeto de burlas y ácidas críticas, "sí funciona".

Para López Obrador, reducir los índices de violencia, que se ensaña con el país desde hace más de 14 años, desde que el entonces presidente Felipe Calderón lanzó su cuestionada "guerra contra los cárteles", que arroja al menos 333.000 muertos, se perfila como un "desafío hasta político".

El jefe de Estado indicó que sus adversarios "se frotan las manos" por esta "estrategia distinta" a la de sus antecesores, a los cuales tachó de "autoritarios y conservadores, partidarios de la mano dura, de las medidas coercitivas, de cárceles y leyes más severas".

Recordó que los gobiernos que le precedieron "se ponían frente a las cámaras a decir: "no me va a temblar la mano. La ley es la ley".

"Esas son balandronadas (bravatas). Lo que se tiene que hacer es atender las causas y gobernar con el ejemplo. Ellos no fueron un buen ejemplo", expuso al exponer que en el pasado "no se sabía dónde terminaba la delincuencia y dónde comenzaba la autoridad".

López Obrador se manifestó en contra del uso de la tortura y de prácticas similares como la basada en la frase "mátalos en caliente" que hizo famosa el dictador Porfirio Díaz, que gobernó con mano de hierro al país durante más de 30 años hasta 1910, antes de estallar la Revolución Mexicana.

"Vamos a demostrar que funciona" la política de "abrazos, no balazos", pues "no soy partidario de la Laey del Talión, del ojo por ojo y diente por diente, porque nos podemos quedar chimuelos y tuertos todos", señaló.

El presidente sostuvo el miércoles una reunión con gobernadores electos y en funciones de 17 estados para dialogar sobre el tema de la seguridad y de "cómo trabajar conjuntamente contra la violencia" en las distintas regiones del país.

A su juicio se "ha avanzado bastante" en la reducción de la incidencia delictiva" y se ha logrado disminuir los delitos en 25%. Sin embargo, los expertos no están de acuerdo y hacen notar que los homicidios y los femicidios se encuentran en franco ascenso.

Por ejemplo, los asesinatos de mujeres aumentaron 7,1% en los primeros cinco meses de 2021, según admite la propia ministra de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez.

De enero a mayo, 423 mujeres han sido asesinadas por razón de su género, mientras que otros delitos como los abusos sexuales se elevaron aún más, a un nivel de 30% en ese lapso en comparación con los mismos meses de 2020.

 De los 423 asesinatos de mujeres, el 57,4% de los casos se concentra en ocho estados: Morelos, Sonora, Quintana Roo, Colima, Jalisco, Sinaloa, San Luis Potosí y Chiapas y 8% de ellos en solo cinco ciudades (Culiacán, Tijuana, Juárez, Guadalajara y Monterrey).

Cada día en México son asesinadas 10 mujeres por el sólo hecho de serlo, de acuerdo con los datos oficiales.

La violencia contra las mujeres y los niños recrudeció durante la pandemia debido al aislamiento y la obligación de estar confinados para evitar los contagios.

"Los gobiernos se olvidaron de la mirada de género y dejaron a las mujeres encerradas con sus agresores", indicó Wendy Figueroa, directora de la Red Nacional de Refugios de México. Aunque en 2020 la tasa general de delitos se redujo más de un 10% en el país, los feminicidios y los crímenes sexuales aumentaron.

El otro gran problema es que el 90% de los delitos no se denuncia, por lo que el sub registro es mucho más alto de lo que se lee en las estadísticas oficiales.