Los Ángeles - Un tal Andrew Greene, de profesión abogado, ha denunciado a Leonardo DiCaprio y Martin Scorsese, respectivamente el protagonista y productor, y el realizador de “El lobo de Wall Street” por difamación.

El demandante trabajó en la firma Stratton Oakmont junto a Jordan Belfort, corredor de bolsa que se hizo rico mediante estafas, que sirvió de inspiración para el film. Afirma que se basa en él Nicky Koskoff, personaje encarnado por P.J. Byrne, que estaría representado según sus palabras como “un criminal drogadicto, degenerado, depravado y desprovisto de cualquier moralidad y ética”.

Al parecer, ya inició los trámites en 2015, cuando el film llegó a las pantallas, pero ha trascendido ahora porque The Hollywood Reporter recoge que acaba de pasar a ser un juicio sumario (proceso abreviado prescindiendo de algunas formalidades o trámites del ordinario). Esto significa que los implicados han comenzado a testificar.

Greene argumenta que los responsables del largometraje se basan en el libro de Belfort, “un hombre que ha admitido que miente de forma regular y patológica”, y que “no investigaron lo suficiente sobre los hechos que iban a representar”, explica. “Los acusados demostraron una imprudente indiferencia por la verdad durante la producción".