06/May/2024
Editoriales

La autosuficiencia energética y la contaminaciòn

El proyecto energético nacional, al menos en este sexenio, es obtener la autosuficiencia, según el presidente López Obrador. Sin embargo, esa meta está aún lejana y el proyecto es continuar con las energías de combustibles fósiles como el petróleo y sus derivados: la gasolina y el diésel, además del gas natural, el carbón, y agua para la electricidad. El estado mexicano no piensa producir energías limpias, y ahora mismo hay un litigio entre el gobierno y empresas productoras de las energías ‘modernas’ como la solar y la eólica, que detiene las inversiones en la materia. Todos nuestros recursos se están invirtiendo en la Refinería de Dos Bocas, en Tabasco, diseñada para alcanzar la autosuficiencia en gasolinas y diésel. Desde su punto de vista ideológico AMLO tiene razón porque a nvel mundial la modernidad está transformando la esencia nacionalista, pues las naciones pobres invitan a los consorcios internacionales a explotar sus riquezas naturales. Un ejemplo es Nicaragua que pidió a China que partiera en dos su territorio y construyera un canal lo que acabaría con sus enormes reservas ecológicas, a cambio de un plato de lentejas. Países paupérrimos entregan su recurso petrolero a trasnacionales refinadoras, como Guatemala con sus 16 mil 370 barriles diarios de producción, o Nigeria con 2 millones 211 mil, para que lo refinen en Europa o Estados Unidos, a cambio de un mísero 5% de impuestos el primero, y el 7.2% el segundo. Ya lo decía López Portillo: "la globalización es el nuevo rostro del colonialismo".

Sin embargo, una cosa es entregar los recursos petroleros a las trasnacionales y otra atravesarse a la modernidad, pues ciertamente la energía nuclear implica peligros durante su funcionamiento, pero la solar y la eólica no.

Deben regular su explotación, no congelar los permisos, pues el mundo entero sufre la contaminación ambiental a causa de las energías fósiles. Nuestro querido Monterrey metropolitano está agonizando en materia de saneamiento ambiental, pues algo que no han podido identificar los funcionarios responsables está sucediendo, porque a pesar de que la industria ha crecido en número, ya no existen las plantas realmente contaminantes de antaño, como la Fundidora Monterrey, ni las metalúrgicas, ni Celulosa y Derivados, ni los hornos de cerámica que se calentaban con hule de llantas automotrices. La única empresa que evidentemente ha crecido en contaminación es la Refinería de Cadereyta, pero es demasiado espesa la nata de veneno que cubre el cielo regiomontano para que sea sólo generado por PEMEX.

La manifestación popular del pasado fin de semana en la Macroplaza es una expresión de angustia porque los niños están creciendo con sus pulmones contaminados. Necesitamos urgentemente que las energías alternativas sean una realidad y que tanto las viviendas como los automóviles tengan la opción de consumirlas, y para eso se requiere que haya una oferta amplia. Así que el presidente debe solucionar el asunto de las inversiones extranjeras o nacionales para que haya energías limpias disponibles, y las autoridades locales deben dejarse de peleas entre ellas y de buscar más inversiones nuevas, porque ahora necesitamos que solucionen el problema ambiental; ya basta de que el veneno en el aire permanezca impunemente.