Más de 500.000 personas han muerto a causa de Covid-19 en los EE. UU., Poco más de un año después de que el país detectara sus primeros casos de un virus que ha provocado pérdidas casi sin precedentes.
Las muertes superaron el medio millón el lunes, según datos de la Universidad Johns Hopkins, lo que eleva el total a 500.071. Más de 28 millones de personas también han dado positivo por coronavirus en los EE. UU.
Ambos números son los peores del mundo y la pandemia ha arrojado luz sobre la capacidad de Estados Unidos para hacer frente a un desastre de este tipo, especialmente durante el tumultuoso mandato de Donald Trump, cuya administración falló la respuesta del gobierno.
Después de un devastador aumento invernal de casos, por primera vez en meses, el número promedio de nuevos casos de coronavirus diarios en los EE. UU. Cayó por debajo de 100,000 el 12 de febrero. Incluso con la disminución de los casos, Estados Unidos sigue experimentando entre 1.500 y 3.500 muertes por día y los funcionarios de salud pública han advertido que los avances recientes podrían revertirse fácilmente.
Quizás la mayor amenaza son las nuevas variantes del virus, que parecen propagarse más rápida y fácilmente. Los científicos están trabajando para comprender cómo estas variantes podrían cambiar la efectividad de las vacunas a medida que EE. UU. Intenta aumentar la escala de la distribución de inoculaciones.
Aproximadamente el 13% de la población de Estados Unidos, o 43 millones de personas, han recibido su primera dosis de la vacuna, según el Washington Post. Joe Biden se comprometió este mes a poner a disposición 600 millones de dosis de la vacuna para fines de julio.
Para evitar otro aumento en los casos, la directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), Rochelle Walensky, dijo que las pautas para el uso de mascarillas deben permanecer en su lugar y que las personas deben continuar usando el distanciamiento físico para detener la propagación del virus.
Un año después de las primeras infecciones por Covid conocidas en los EE. UU., La administración de Joe Biden ha hecho de la respuesta sanitaria y económica a la pandemia una prioridad de la Casa Blanca, después de que Donald Trump pasó la mayor parte de 2020 minimizando y descartando su terrible número de víctimas.
En el primer año de la pandemia, más personas murieron a causa de Covid-19 que los que mueren a causa de enfermedades respiratorias, las armas y los accidentes automovilísticos en los EE.UU. en un año promedio.
A principios de este mes , una comisión de Lancet dijo que EE. UU. Podría haber evitado el 40% de las muertes por Covid-19, si las tasas de muerte del país hubieran correspondido con las tasas de otros países del G7 de altos ingresos.
La administración de Trump reaccionó lentamente al comienzo de la pandemia y luego, con frecuencia, buscó socavar la ciencia en torno al virus, incluida la difusión de teorías de conspiración infundadas y tratamientos no verificados. Trump, quien finalmente se infectó, en especial, enardeció las tensiones raciales al culpar a China y también al burlar prácticas ampliamente aceptadas, como el uso de máscaras.
Las muertes, hospitalizaciones y casos de Covid-19 han afectado de manera desproporcionada a las personas negras, latinas e indígenas. Los indios americanos o nativos de Alaska han muerto a 2,4 veces más que los blancos, los negros 1,9 veces más y los latinos 2,3 veces más, según los CDC .
Ha pasado poco más de un año desde la primera muerte conocida en Estados Unidos por Covid-19 el 6 de febrero de 2020, aunque la muerte no se informó hasta abril de ese año. A principios de febrero de 2020, se detectaron los primeros casos confirmados del país en personas que regresaban del extranjero, aunque ahora se cree que el virus se había estado propagando en el país durante meses antes.
Fue en Seattle a fines de febrero de 2020 que la rápida propagación de la enfermedad se hizo evidente para la nación, ya que el virus se extendió por un centro de atención a largo plazo y provocó la muerte de al menos 46 personas.
Pronto se implementaron cierres locales en muchas partes del país y, a principios de abril, la ciudad de Nueva York se había convertido en el centro del brote mundial.
En octubre , científicos de la Universidad de Washington advirtieron que el número de muertos en Estados Unidos podría llegar a medio millón de personas a fines de febrero. El Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad ahora proyecta que el número de muertos será de 616.000 para el 1 de junio.
Los científicos dijeron que la trayectoria de los próximos cuatro meses estará determinada por la distribución de la vacuna, la disminución de la transmisión del virus en los meses más cálidos, las nuevas variantes y la adherencia individual al uso de máscaras y otras pautas de salud pública.
