Internacional

Voluntarios evitan caos en parques afectados por cierre del gobierno de EEUU

Sabra Purdy tiene días limpiando baños y recogiendo basura en el parque nacional Joshua Tree de California, a la deriva desde que el gobierno de Estados Unidos cerró parcialmente.

Esta empresaria de 40 años se organizó con la pequeña comunidad que se beneficia del turismo en este parque de 3.200 km2 para ejecutar labores básicas de mantenimiento, paralizadas hasta que se llegue a un acuerdo en Washington DC sobre el presupuesto del gobierno.

El "shutdown" comenzó el 22 de diciembre, luego que el Congreso no lograse un acuerdo sobre si incluir o no los 5.000 millones de dólares que el presidente Donald Trump exige para financiar un muro en la frontera con México, un pilar de la campaña que lo llevó al poder.

Centenares de miles de funcionarios están desde entonces de baja sin salario, incluidos 21.383 trabajadores del Servicio Nacional de Parques (NPS, del inglés), responsables de 418 áreas en todo el país, entre parques nacionales, monumentos, sitios históricos y hasta la Casa Blanca, según un plan de contingencia publicado en enero por el gobierno.

En el texto también se señala que "el NPS no operará los parques durante el 'shutdown', no se prestarán servicios a los visitantes", incluidos "baños, recolección de basura, mantenimiento de vías e instalaciones".

Y ahí es donde entra la comunidad de Joshua Tree, ubicada en el oeste del parque donde convergen los desiertos de Sonora y Mojave y montañas rocosas, peñascos y una especie de cacto denominado árbol de Josué que le da nombre a la zona.

- "Vamos a enviar un cheque" -

Decenas de voluntarios entran al parque, limpian baños, reemplazan papel higiénico y recogen la basura para mantener cierta normalidad.

Purdy, que abrió hace ocho años con su esposo Seth Zaharias una empresa turística de escalada, dice que al llegar al parque el viernes encontró algo de desorden, pero "no caos".

"Había mucha gente con perros", prohibidos en algunas áreas, "o acampando donde no deben, pero ciertamente podría ser peor". También había autos estacionados en el borde de la vía, que tampoco está permitido.

Sherman Craig, que visita desde Nueva York, está convencido que "la mera presencia de los guardaparques evita que sucedan cosas que no deberían ocurrir".

Algunos turistas se aprovechan de la falta de autoridad, otros han manifestado confusión y, ante el cierre del centro de visitantes donde podían aclarar las dudas, recurren a los voluntarios por orientación.

Debido al "shutdown", no hay personal para cobrar los 30 dólares por auto en la entrada del parque. Para Emily Mukai, que visita desde Los Ángeles para recibir el año nuevo, fue "excelente" porque no enfrentó tránsito en la zona.

Pero Ivy Weiskopf asegura que va a "enviar un cheque" por el monto de la tarifa.

"Los parques nacionales son algo por lo que estamos encantados de pagar. Creemos que es muy importante preservar esta tierra y asegurarnos de que está bien cuidada".

- "La posibilidad está allí" -

"No es nuestro primer 'shutdown' y probablemente no será el último", dice Purdy, que explica que esta operación, bastante "informal" como la define, comenzó a organizarse antes de que el Congreso no llegara a un acuerdo.

Todo los suministros vienen del bolsillo de los empresarios locales, aunque ya comienzan a llegar donaciones: hasta ahora van unos 4.000 dólares, que serán usados para comprar implementos de limpieza y el papel.

"Hay unas 150 letrinas en el parque. Estimo que hemos distribuido más de 500 rollos de papel y no creo que hayamos llegado a todos los baños, solo a los principales", explica a la AFP John Lauretig, director ejecutivo de la ONG Friends of Joshua Tree, que de alguna manera coordina estas acciones, también dirigidas a proteger a la fauna local.

"Estamos tratando de mantener la normalidad lo mejor que podemos, pero no tenemos la autoridad ni el poder de impedir que alguien conduzca fuera de la ruta, que corte un árbol o robe objetos" indica.

Nada hasta ahora ocurrió, pero "la posibilidad está allí", advierte.

En Twitter, un usuario llamado Defend Joshua Tree (Defiende el Joshua Tree) pidió el cierre del parque hasta que finalice el "shutdown".

Pero para Purdy, Lauretig y muchos en la zona eso representaría el peor escenario, pues entre Navidad y Año Nuevo son los días más ocupados. En 2013, el parque cerró por 17 días también por una parálisis presupuestaria.

"Fue devastador para nosotros", recuerda Purdy.

"La gente dejó de venir y los restaurantes locales y los negocios tuvieron que despedir gente, las mandaban a su casa porque no había dinero o visitantes", rememora por su parte Lauretig.

El parque recibió 285.493 visitantes en diciembre de 2017, mientras que hasta noviembre de este año ya van 2,45 millones.

Algunos parques del país sí que han cerrado totalmente, mientras otros operan parcialmente. En California, los también populares Death Valley y Channel Islands están abiertos.

Y se espera en los próximos días haya mucha afluencia de turistas y cero personal oficial.

"Deseo que el gobierno pueda funcionar y tengamos al personal de parque porque los necesitamos", expresa Purdy.