La fusión del operador de telecomunicaciones AT&T y el conglomerado de entretenimiento Time Warner está en apuros. Los reguladores de la competencia en Estados Unidos exigen que para que la operación pueda salir adelante, antes debe desprenderse de activos tan valiosos con la CNN.

  El presidente estadounidense Donal Trump considera que la cadena de televisión todas noticias como una enemiga por las críticas a sus políticas.

  Cabe señalar que AT&T anunció en el mes de octubre del año pasado la adquisición, para así producir películas y series de televisión propias u sus abonados al servicio de la telefonía celular de banda ancha y de cable. La operación está valorada en 85 mil millones de dólares cuando se incluye la deuda.

  La maniobra responde a la rápida transformación del negocio de distribución de contenido audiovisual.

  Trump en la recta final de las presidencias, amenazó con bloquear la operación porque iba a concretar demasiado el poder.

  Todo parecía que estaba encarrilado hasta la semana pasada, cuando trascendió que el Departamento de Justicia se disponía a torpedearla porque es su formulación plantea problemas de competencia en la distribución y la creación de contenido.

  El regulador da dos opciones como remedio. O vende la CNN, lo que se ve como una maniobra con una clara interacción política, o se desprende del operador de televisión vía satélite DerecTV.

  Las acciones de Time Warner sufrieron un importante revés a dos horas del cierre del mercado, al caer más de un 6 por ciento AT&T, por su parte, se resiste a soltar estos activos.

  Por otra parte, Randall Stephenson, quien es consejero delegado del operador de telecomunicaciones, insiste que insinuar que la cadena todas noticias está en venta no tiene sentido para lo que busca con la fusión.

  También asegura que nadie le presiona en ese sentido. Si admite que están tratando de llegar a una solución negociada con los reguladores y que están preparados para litigarla.

  Además de la CNN, el conglomerado es dueño de los canales HBO, TNT y TBS. Las dos compañías restaron importancia a las cuestiones reguladoras hace un año, porque señalaron que se trataba de una integración vertical. Justificaron que la fusión era necesaria para hacer a nuevos competidores como Netflix, Amazon, Google o Facebook, los cuales están cambiando el negocio audiovisual.