México- Aumentar el monto de becas de posgrado y establecer programas de repatriación para científicos mexicanos que liderean proyectos en el extranjero, son acciones de la próxima administración del Conacyt, y que serán posibles a través de reorientar el destino de los recursos públicos destinados al ramo, principalmente de aquellos que transfieren a las grandes empresas.
A poco más de un mes de que Andrés Manuel López Obrador asuma la Presidencia de la República, María Elena Álvarez-Buylla, propuesta para dirigir ese organismo, anunció lo anterior además de la articulación de Programas Nacionales Estratégicos y un Programa de Ciencia de Frontera para apoyar un desarrollo científico y tecnológicos soberano y pertinente.
Dio a conocer que las investigadoras, Ana María Cetto Kramis, de la UNAM, y María del Carmen de la Peza Cásares, de la UAM, serán dos de las científicas que la acompañarán en su administración, la cual será, dijo, de diálogo abierto, transparente, y de colaboración.
Con diagnósticos más completos del sistema nacional de ciencia y tecnología y después de innumerables reuniones con diversos sectores, reiteró la necesidad de evaluar los programas existentes y de convertir al Conacyt en un verdadero articulador de esfuerzos para dejar de ser un organismo "con una feria o multiplicidad de convocatorias" que atomizan los recursos financieros y absorben el tiempo tanto de la burocracia del Consejo, como de la comunidad académica.
Hasta hora, destacó Álvarez-Buylla, lo que realmente sorprende es que hay una importante transferencia de recursos públicos, vía este Consejo, a empresas grandes: en los últimos seis años, se han destinado para el sector empresarial al menos 22 mil 342 millones de pesos en aportaciones líquidas y en el 75 por ciento de los casos, se ha apoyado a empresas grandes.
"Esta estrategia ha fallado, además de mermar el apoyo a la ciencia de frontera y pertinente en México; no ha habido crecimiento y no se logró soberanía científica o tecnológica, aumentó el deterioro ambiental y el rezago social”, enfatizó.
La investigadora del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México informó que, en contraste, se aportaron únicamente poco más de 400 millones de pesos para apoyar la ciencia básica de toda la comunidad científica. Participaron más de 5 mil proyectos, pero sólo se ofreció apoyo al 5 por ciento.
Añadió: “Es imprescindible apoyar la formación de nuevos científicos e incentivar con el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) a los académicos, pero es absurdo que no tengan recursos con que hacer sus investigaciones de posgrado o su investigación!”.
La transferencia millonaria a grandes empresas desde el erario público, y la contradicción entre la capacidad de la comunidad científica mexicana y el escaso apoyo mediante "convocatorias", ha implicado una disminución drástica del Estado mexicano a la ciencia y el cambio tecnológico que son fundamentales para el país.
En entrevista con Notimex, también se refirió a la necesidad de "evaluar con detenimiento" los mecanismos para otorgar las becas para la formación de investigadores en el extranjero, la operación de consorcios de transferencia tecnológica, los criterios de evaluación en el SNI o los programas fondos mixtos y el Fondo Institucional de Fomento Regional para el Desarrollo Científico, Tecnológico y de Innovación, que en algunos casos implican transferencias adicionales a empresas.
También platea revisar y reducir el gasto que el Conacyt ha hecho en una amplia diversidad de contratos a terceros.
No menos importante es el trabajo que su equipo de trabajo realiza de diagnóstico sobre la operación de los 27 centros públicos de investigación del Conacyt (que al menos seis registran un déficit), de los Laboratorios Nacionales, de las redes temáticas, los tecno-parques apoyados por el Consejo, de las oficinas de transferencia tecnológica y de los programas internacionales. La idea es que todo lo que aporta se articule para lograr resultados aún mejores y más relevantes para México.
María Elena Álvarez-Buylla mencionó también la necesidad de establecer programas de repatriación de científicos y recuperar la inversión que el Estado mexicano hizo en casi 30 mil investigadores de alto nivel que están fuera del país y que al menos 75 por ciento de ellos son líderes en sus campos en universidades o empresas privadas. Se les convocará a participar en los nuevos Programas Nacionales Estratégicos del Consejo o se buscará repatriarlos.
"Es una inversión que hizo el gobierno de México y habría que ver cómo se recupera, cómo hacemos que regresen a través de un programa de repatriación; hubo acciones de esta naturaleza pero dejaron de hacerse", señaló.
Para la también coordinadora de Investigación del Centro de Ciencias de la Complejidad de la UNAM, el cambio ya anunciado del nuevo nombre del organismo por, Consejo de las Humanidades, Ciencias y Tecnologías (COHNACYT), fomenta el concurso de todas las áreas del conocimiento, incluyendo las ciencias sociales y humanidades, en favor del desarrollo científico con responsabilidad ética, social y ambiental.
La modificación del nombre en sí refleja un ajuste más y es que, sustentó, de seguir destinando en mayor medida "al desarrollo tecnológico de las empresas, estamos perdiendo la República del conocimiento, la que se construye con la ciencia de frontera, la humanística, la que no está sesgada por intereses mercantiles, corporativos, sino guiada por los principios del conocimiento y los valores de la cuarta transformación: el cuidado de la naturaleza y el bienestar social".
Argumentó que el propósito es dejar de "repartir los recursos de una manera que sólo promueve más que una colaboración, una competencia a ultranza, y apostar por un trabajo más articulado, de cooperación, y con prospectiva, así como con un sustento científico precautorio, preventivo y de previsión o protección de nuestra gran riqueza biocultural".
Con dichas medidas y el ahorro en gastos operativos del organismo, la investigadora comentó que será prioritario, en la medida de lo posible, aumentar el monto de las becas para estudios de maestría y doctorado, cuyas cantidades se fueron deteriorando con respecto a la inflación.
"Habría que ver cómo recuperar un poco más el nivel de las becas, y consolidarlas; no sabemos aún a qué nivel y no sabemos aún cómo haremos para recuperarlas, pero sí hay que mejorarlas, de una manera modesta inicialmente, aunque sea", detalló.
Asimismo, destacó la necesidad de articular mejor los programas de formación de los nuevos investigadores con las políticas de desarrollo científico, "porque hay apoyo a diferentes programas de formación de nuevos científicos, que al concluir sus estudios, no tienen alternativas para insertarse al mercado laboral".
María Elena Álvarez Buylla, también Premio Nacional de Ciencias y Tecnología 2017 en el campo de Ciencia Físico Matemáticas y Naturales y reconocida a nivel internacional por su trabajo científico, es clara al afirmar que es momento de "hacer más con lo que tenemos", sin que ello implique negar apoyo a los estudiantes en formación y a la comunidad académica y científica del país, ni excluir al sector empresarial, del que se necesita conjuntar esfuerzos, pero con lineamientos pertinentes y prioridades claras.
De ahí su mensaje contundente para ellos: "mi compromiso y de todo el equipo es forjar las condiciones para su trabajo, en los laboratorios y en los salones de clase, dotarlos de lo necesario para aportar a la frontera del conocimiento, y también de una manera más articulada en los programas nacionales estratégicos.
Informó que varios colegas están contribuyendo a articular estos programas en temas de prioridad nacional destacados por el presidente electo: agua, soberanía alimentaria, promoción de la salud, prevención de primeras causas de mortalidad como diabetes, cáncer de sangre en niños, males cardiovasculares, falla renal crónica, cáncer, entre otras.
Con esto, destacó, se incentivan aportes terapeúticos en áreas como inmunoterapia, nuevos fármacos con biotecnología, abasto de antivenenos o de vacunas, fortalecer la investigación en virología, atención de rezagos social, desigualdades y discriminación, fortalecimiento de tejido comunitario, rescate de nuestra memoria para un mejor futuro, preservación y manejo socioambiental de ecosistemas de México.
Sin embargo, María Eelena ÁLvarez-Buylla destacó que de la comunidad científica se requiere un trabajo más articulado con mayor vinculación hacia los sectores sociales y ambiental, establecer agendas de trabajo que a corto, mediano y largo plazo tengan resultados claros, donde pueda haber avance del conocimiento fundamental, es decir, ciencia de frontera, pero en el contexto de los problemas que son urgentes de atender.
En ese sentido, enfatizó que, siendo respetuosa de la autonomía de las universidades públicas, donde se realiza la mayor parte de la investigación científica del país, sería necesario también invitarlas a una actualización en el contexto de la curta transformación e iniciar un "un diálogo para revisar lineamientos a favor de un uso más eficiente y articulado de recursos" para fortalecer la investigación y el cambio tecnológico.
"En esta nueva administración, se trata de una gestión sin corrupción; para mi implica un servicio a la Nación el aceptar fungir como titular del Consejo, con un lineamiento claro de austeridad Republicana; es un cambio profundo. Aunque es importante dejar calro que esto no implica afectar las condiciones académicas y laborales de los investigadores de institució alguno”, comentó.
Al destacar que será el presidente electo Andrés Manuel López Obrador quien ratifique a las personas que proponga de su equipo, Álvarez-Buylla dijo que el programa de trabajo de la próxima administración, requerirá de un análisis jurídico para identificar también las limitaciones de la actual Ley de Ciencia y Tecnología.
Lo anterior ante los retos planteados para lograr las metas de la cuarta transformación, y proponer las reformas necesarias para tener una verdadera política de Estado en materia de las humanidades, ciencias y tecnologías, y de su vinculación con lo sectores social, público y productivo a favor de nuestra soberanía, un estado de mayor bienestar social y la conservación del ambiente.