11/May/2024
Editoriales

Despertemos, el peligro nos acecha

Ante tantas tragedias letales y extorsiones que están sucediendo por la inseguridad, epidemias y falta de medicamentos, no debemos ser abúlicos nomás porque no nos han afectado directamente. 

 El problema es de todos, no sólo del gobierno; ya habrá oportunidad de castigar a los culpables, pero mientras tanto, busquemos la forma de apoyar a quienes les ha tocado la mala suerte de ser agredidos o intimidados. 

 En estos casos aplica una fábula muy conocida que trata de un ratón que, al mirar por un agujero de la pared, ve al paje y a su mujer abriendo un paquete. 

 Rápidamente pensó: _"¿Qué tipo de comida podrá haber  allí?" 

 Pero se aterrorizó, cuando vió que era una ratonera. 

 Corriendo fue al patio de la casa a advertir a todos: 

 "¡Hay una ratonera en la casa,... una ratoneraaa!" 

  La gallina que estaba buscando sus lombrices en la tierra , cacareó y le  dijo: _"Discúlpeme señor Ratón, entiendo que sea un gran problema para usted, pero  a mí no me perjudica en nada, ni me molesta!" 

 El ratón fue con el cordero y le dijo: _"¡Hay una ratonera en la casa!" 

 _"¡Discúlpeme, señor Ratón, pero no veo nada que pueda hacer. Quédese tranquilo, usted estará en mis oraciones" 

  El ratón se fue hasta donde estaba la vaca, y ella le dijo: 

_ "¿Qué me dice señor Ratón, una ratonera? ¿Acaso yo estoy en peligro?" Creo que no... 

  Triste y abatido el ratón se volvió a la casa para encarar sólo la ratonera del paje. 

  Aquella misma noche se escuchó un ruido, como el de una ratonera atrapando a su víctima. La mujer del paje corrió a ver qué había caído en la  ratonera. 

 Pero, en la oscuridad, no vio que la trampa había agarrado la cola de una víbora venenosa, y la víbora la mordió. 

  El paje la llevó corriendo al hospital. La mujer volvió con fiebre. Todos sabemos que para alimentar a alguien que tiene fiebre, lo mejor es un buen caldo de gallina. 

  El paje tomó un cuchillo y fue a buscar el principal ingrediente: la gallina. 

 Como la enfermedad de la mujer continuaba, amigos y vecinos vinieron a visitarla. Para alimentarlos, el paje hubo de matar al cordero. 

 Pero la mujer no resistió, y acabó falleciendo. 

 El funeral fue multitudinario, y el pobre hombre, muy triste y agradecido por la solidaridad, resolvió matar a la vaca para darle de comer a todos. 

 La moraleja de este cuento popular es: cuando hay una ratonera... ¡toda la granja peligra! Y nadie sabe al final quién podría salvarse, pues en este caso se salvó el que estaba en peligro pidiendo ayuda.

 Sólo porque se comete un delito al organizarse como lo hicieron el mes pasado los habitantes de Texcaltitlán, Estado de México, quienes enfrentaron con armas a los mafiosos que les extorsionaban cobrándoles piso, no debemos hacerlo.

  Pero como que dan ganas de hacerlo, pues siempre han sido más efectivas las balas certeras que los discursos agudos.