El Certificado de últimas Voluntades es un documento que acredita si alguien otorgó un testamento y en caso de que así sea, ante cual Notaría lo hizo. Actualmente hay la posibilidad de hacer una solicitud de certificado electrónico de las últimas voluntades de un difunto, lo que ahorra mucho tiempo de localización, pues en esos momentos se debe actuar con rapidez, so pena de que alguien haga uso indebido de los bienes heredados. 

Desde luego que no siempre fue así, aunque hoy día siguen realizándose fraudes con las herencias, hay un caso histórico que marcó un antecedente de inobediencia a la última voluntad.

Esto sucedió en la ciudad de Querétaro -en la segunda mitad del siglo XVIII- donde vivió una mujer con grandes riquezas: doña María Josefa Vergara y Hernández, dama perteneciente a la más selecta sociedad queretana, de acuerdo a su posición económica. Esta noble mujer decidió que, a su muerte, toda su fortuna –calculada en más de ochocientos mil pesos- fuera dedicada para obras de beneficencia y nombró como su ejecutor testamentario al Ilustre Ayuntamiento de la ciudad de Querétaro. Ella murió el 22 de julio de 1809 en su querida ciudad, sin embargo, su última disposición no se cumplió, pues una parte de sus bienes fueron aplicados a la guerra de Independencia, y otra para la posterior defensa nacional frente a la intervención francesa y el Imperio de Maximiliano de Habsburgo. Los restos mortales de esta filántropa queretana descansan en el templo de la Santa Cruz, en un sarcófago que en 1968 arregló el Ayuntamiento, y su retrato se guarda en la sala de sesiones de ese cuerpo colegiado que está ubicado en el Palacio Municipal. En compensación y como un homenaje a su memoria, el hospital de Querétaro se llama María Josefa Vergara y Hernández. Es decir, que el difunto no podía ni elegir las coronas de su velorio.