Editoriales

El día de los muertos, 2 de Noviembre de 2017

Hablar de los muertos es hablar de nosotros mismos pues todos tendremos tarde o temprano esa categoría. En la muerte, cesa la vida de un organismo por causas naturales, o por motivos externos. Pero vida y muerte están indisolublemente unidas, la primera depende de la ausencia de la segunda. La vida de los seres orgánicos depende de la muerte de terceros en esa compleja cadena en la que unos alimentan a otros, proporcionándoles la energía necesaria para vivir. Los vegetales sustentan a los animales, y muchas especies de animales alimentan a otras.

 La explosión del Toba

 La vida en el planeta estuvo cerca de desaparecer hace unas 3 mil generaciones (Setenta mil años). Los científicos han descubierto la trascendencia de la erupción del Volcán Toba en la Isla Indonesia de Sumatra; una verdadera catástrofe mundial. La más grande explosión volcánica de los últimos dos millones de años, quedando de testigo un cráter de 100 Kilómetros de diámetro.

 Este fenómeno meteorológico duró dos semanas, pero siguieron seis años de “Invierno volcánico” con gruesas nubes de cenizas tapando el sol, sobreviniendo un enfriamiento global por miles de años. La temperatura bajó súbitamente 12 grados centígrados, y murieron casi todas las especies. La raza humana, hambrienta y desesperada perecía de frío; primero los niños y luego las mujeres. Se calcula que quedaron 10 mil personas sobrevivientes; acaso unas 500 mujeres en edad de reproducción.

 Sin alimentos, las especies animales morían y los vegetales no daban frutos; cada generación de humanos pudo haber sido la última. Comenzaron las migraciones buscando lugares con medio ambiente propicio, en un tortuoso proceso milenario. Sin embargo, siempre ha existido una ayuda Divina que nos ha permitido sobrevivir.

 En África quedaron tres regiones tropicales con altas precipitaciones que conservaron un aceptable equilibrio ecológico. Así que los habitantes de esas regiones, más algunos migrantes fueron los únicos supérstites. La humanidad pudo haber desaparecido antes de empezar a pintar en las cavernas o de cazar mamuts, sin dejar más huella en el mundo que la del Neandertal y otras especies extintas. Los científicos han podido demostrar esto gracias a las muestras del ADN.

 La muerte no existe

 La muerte dejó de existir cuando el hombre entendió que hay un ser superior y una vida eterna. A partir de la estructuración de las religiones, la humanidad se renueva en cada generación. Morir es sólo cerrar un ciclo vital para iniciar otro; hay un reciclamiento en los humanos. Dios creó al hombre y ahora ya no puede vivir sin él. De poco le valdría su poder omnímodo si no existiera la especie cumbre de su Creación.

 Lo único que muere es el cuerpo. Pero ¿Por qué razón es tan importante para nosotros? Los elementos que lo componen no son ciertamente valiosos, y ni siquiera siente nada, sólo transmite sensaciones. El cuerpo es un medio de comunicación que recibe y transmite los mensajes que se le dan, pero estos les son indiferentes. Lo valioso del hombre es su alma y esa no muere.

 Por eso, hoy debemos celebrar el día de los muertos con alegría. Recordemos a los seres queridos que dieron el paso a la luz brillante antes que nosotros. Cierto que sentimos nostalgia porque nos acostumbramos a su presencia con un cuerpo físico. Empero, la alegría es porque sabemos que están de regreso con nosotros, sólo que no los hemos identificado aún. Nuestra querida abuela puede ser esa mujer que hace unos días se acercó a pedirnos ayuda, por eso no pudimos negársela; ella nos daba amor y aquellos ricos panecillos calientitos en invierno. Y nos relataba cuentos hasta dormirnos.

 Nuestros padres idos podrían ser esos jóvenes que hoy buscan emociones fuertes en las redes sociales y en sus reventones, que nos piden sin decirlo, comprensión y apoyo moral. Los amigos que enterramos hace años tal vez sean algunos de los niños que nacieron contaminados de SIDA o alguna otra enfermedad, a los que debemos apoyar haciendo conciencia de sus problemas y donando parte de nuestros ingresos a las instituciones que los atienden. Antes de que se mueran.

 Feliz día de los muertos.