Agosto 13 de 1521: se cumplen hoy 503 años que Hernán Cortés y su ejército mixto entre soldados españoles y tribus indígenas, concretó la toma de Tenochtitlan, la gloriosa capital del Imperio Azteca, uno de los más importantes del continente americano, liderado por el emperador Moctezuma. Este desenlace fue el colofón de casi tres meses de sitio y asalto al corazón de esta gran cultura americana, pues previamente en diversos frentes, Cortés ya se había apoderado de Coyoacán, el Lago de Texcoco, Iztapalapa, y Tacuba, hazaña que hubiera sido imposible de realizar, como ya dijimos, sin el apoyo decidido de varias tribus indígenas que estaban dolidas por el avasallamiento del Imperio mexica. En Texcoco se desarrolló un hecho de armas determinante cuando los bergantines que comandaba Gonzalo de Sandoval desarticularon lo que quedaba de la organización militar mexica, y García Holguín pudo alcanzar la canoa donde iba el último emperador azteca, el gran Cuauhtémoc, el alma guerrera de su pueblo.
En los tres días posteriores se registró la huida de numerosos mexicas que abandonaban Tenochtitlan -algo inimaginable-, dándose una cruel matanza de los derrotados, obra de las tribus indígenas aliadas de Cortés que al igual que las descritas anteriormente, odiaban a los abusivos aztecas.
No se tiene información cierta del número de víctimas, aunque algunos historiadores especulan que murieron más de 200 mil mexicas durante el asedio y la caída total del Imperio Azteca, alto precio que costó el nacimiento del mestizaje que ahora es nuestra raza mexicana.