Nacional

¡Adiós a la pobreza!

Pese a que en la cumbre del G20 predomina el miedo al fin del mundo, la lucha contra el hambre y la pobreza es una verdadera historia de éxito a nivel internacional.

 Miseria, hambrunas, crisis de refugiados: en la cumbre del G20 en Hamburgo se advierte constantemente del fin del mundo. Pero, ¿acaso la lucha contra la pobreza extrema, las enfermedades y las guerras es inútil? Al contrario. Un vistazo a las estadí­sticas nos muestra que vale la pena interceder a favor de un mundo mejor.

"Las condiciones de vida mejoran constantemente. El hambre se ha reducido masivamente a nivel mundial", explica Max Roser. El economista alemán investiga en la Universidad de Oxford y forma parte de un creciente grupo de economistas, polí­ticos y periodistas que quieren corregir la imagen apocalí­ptica prevaleciente.

En su página web "Our World in Data", Roser crea gráficas interactivas que muestran el impacto positivo de los proyectos sociales de organizaciones humanitarias, de las Naciones Unidas y de los gobiernos nacionales sobre la lucha global contra el hambre y la pobreza.

Brasil, un paí­s ejemplar

Una estadí­a cientí­fica en el Instituto de Estudios de Trabajo y Sociedad, en Brasil, inspiró a Max Roser a recopilar en un libro las tendencias positivas respecto a la lucha contra la pobreza. Los programas sociales del Gobierno brasileño de aquel entonces, que sacaron a más de 20 millones de personas de la pobreza, lo impresionaron.

Desde 1990, el número de personas que sufren hambre en el mundo se ha reducido en 216 millones. En el Sur de Asia, el porcentaje de la población más pobre, que no tiene suficiente para comer, ha disminuido de un 30 a un 9 por ciento. En ífrica Occidental, se redujo de un 24 a un 9 por ciento en el mismo periodo y en América Latina de un 14 a un cinco por ciento.

Según el columnista Guido Mingels, de la edición online de Spiegel, el trabajo de las últimas décadas ha valido la pena. "Si bien cada vez hay más personas en el mundo, al mismo tiempo hay cada vez más comida per cápita", escribe.

La lucha continúa

Sin embargo, aún queda mucho por hacer en la lucha por un mundo mejor. De acuerdo con el programa de alimentación mundial de las Naciones Unidas, hoy dí­a, unos 795 millones de personas todaví­a sufren hambre. En ífrica, 154 millones de personas no tienen acceso a la educación, en Asia incluso son 472 millones.

Asimismo, aún no ha sido posible erradicar la malaria: en el continente africano, cerca de 400.000 personas murieron en 2015 a causa de esta enfermedad. Si bien el hambre se redujo en un 29 por ciento desde el año 2000 en los paí­ses en ví­as de desarrollo, se debe acelerar la ayuda para alcanzar la meta de "cero hambre hasta 2030", señala la organización humanitaria alemana Welthungerhilfe.

Pese al desarrollo positivo, en general predominan los titulares negativos. El economista Max Roser y el columnista Guido Mingels quieren animar a la gente a comprometerse socialmente. "Quien solo mire aterrado el número de los 795 millones de personas que sufren hambre, se desesperará", escribe Mingels. El hecho de que hoy dí­a menos personas padezcan hambre que hace 20 años no significa minimizar los problemas, señala Mingels y agrega: "Solo quiere decir que mucho está mejorando".