El Daily Telegraph del lunes 10, anunció que la primer ministro británica, Theresa May, llamó por teléfono al Primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, el domingo en la noche, y le dijo que Rusia debe ayudar a asegurar un "arreglo político" en Siria. El vocero de May dijo que "coincidieron en su respaldo al bombardeo de Estados Unidos sobre Siria como respuesta apropiada al bárbaro ataque con armas químicas lanzado por el régimen sirio", sin necesidad de prueba alguna.
El Times de Londres del mismo día, publica la orden del secretario de Relaciones Exteriores británico, Boris Johnson, que dice que las naciones de Occidente deben "imponer nuevas sanciones a Rusia, si es que Rusia no se desvincula de Assad". Johnson decretó que deben ser "sanciones muy represivas" en respuesta al ataque con armas químicas de la semana pasada. El Times de Londres añade que el ataque ordenado por el Presidente Donald Trump "presenta una nueva oportunidad" para aliviar al país del sufrimiento de seis años de guerra civil (¿tal vez la oportunidad de llegar a ser como Libia?). No se preocupen por la disidencia, dice Johnson, porque Estados Unidos envió "un mensaje claro y coherente" con su bombardeo, y, "fundamentalmente, podrían llevarlo a cabo de nuevo", le dijo al periódico The Sun.
Johnson exige que el G7 emita una declaración conjunta que diga que Rusia debe dejar de apoyar a Assad, sacar sus fuerzas de Siria, y permitir que los convoy de ayuda (¿o del ISIS?) puedan regresar. Si el Presidente ruso de niega a hacer esto, se les impondrán nuevas sanciones, insistió Johnson.
Johnson está trabajando al Secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, para ponerle algo del músculo estadounidenses a sus exigencias de que Rusia le retire su apoyo a Assad. Johnson y Tillerson se reunieron ayer con sus homólogos de Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, y la Unión Europea, para poner a todos en línea. Lo que los británicos están buscando es que Tillerson lleve este mensaje a Moscú el miércoles aunque parecen haber fracasado puesto que Tillerson acordó con el gobierno de Moscú formar un "grupo de trabajo" que investigue todo lo de las armas químicas en Siria y se comprometió a "mejorar" las relaciones e entre los dos países puesto que "dos potencias nucleares" no pueden tener "diferencias irresolubles".