VIUDAD DE MEXICO - La famosa discoteca Baby'O, ubicada en el célebre centro turístico sureño de Acapulco, bañado por las aguas del Pacífico, quedó reducida a ruinas tras un incendio aparentemente intencional perpetrado por hombres armados.

Este incidente marcó el fin de una era del célebre centro de diversión nocturna contó entre sus clientes a figuras de la talla del cantante británico Rod Stewart, el mexicano Luis Miguel, el irlandés Bono y el actor ítalo-americano Silvester Stallone. De alguna manera la destrucción de este templo del placer resultó una especie de metáfora de Acapulco, una ciudad que agoniza bajo el asedio del crimen organizado que ha convertido a sus legendarias avenidas como la famosa Costera Miguel Alemán, de lugares apacibles a sitios donde el peligro acecha en cada esquina.

La ciudad que presume tener la "bahía más hermosa del mundo" figura hoy en rojo en el mapa de la violencia que azota al país desde 2006, cuando el gobierno lanzó su fallida estrategia contra el crimen con apoyo de las Fuerzas Armadas y que arroja hasta ahora al menos 335.000 muertos y 91.000 desaparecidos. El presidente de la Federación de Cámaras Nacionales de Comercio de Acapulco Alejandro Martínez señaló que, según testigos, la discoteca Baby 'O fue incendiada por un grupo de hombres armados la noche del miércoles.

Martínez dijo que llegó al lugar una furgoneta blanca y nueva, de la cual descendieron cinco hombres fuertemente armados, que golpearon y sometieron al vigilante, para luego colocar rociar dos bidones de gasolina y prenderle fuego, sin que se registraran víctimas. Imágenes de las cámaras instaladas dentro del centro nocturno, difundidas hoy por la televisión nacional y las redes sociales, mostraron siluetas de hombres que irrumpen en el lugar y vierten carburante sobre varias áreas antes de arrojar un cerillo.

El propietario del sitio, el empresario Eduardo Cesarman, descartó que el episodio se relacione con el cobro de extorsiones porque dijo que no había recibido ninguna amenaza. El presidente Andrés López Obrador llamó a esperar las investigaciones y pidió no anticiparse con hipótesis sobre vínculos con el crimen organizado. El establecimiento, que se quemó totalmente, incluyendo el centro de mando y una cabina de grabación, llevaba año y medio cerrado por el confinamiento derivado de la pandemia de Covid-19, pero ya se promovía su próxima reapertura en noviembre. Luego de un llamado al número de emergencia 911, elementos de Protección Civil del Estado acudieron a la discoteca para sofocar el fuego, pero cuando estaba ya semidestruída.

La Fiscalía señaló que se solicitó a los abogados de la empresa los videos de las cámaras de grabación en el lugar, para determinar quienes fueron los responsables del incidente. Fundada en 1976, se convirtió en un verdadero ícono de la vida nocturna para el turismo nacional y extranjero que llegaba a raudales a Acapulco. Rutilantes estrellas de Hollywood como la actriz estadounidense Elizabeth Taylor, su compatriota Tony Curtis o el cantante español Julio Iglesias, fueron retratados por la prensa del corazón disfrutando las "noches calientes" del puerto. Atrás quedaron momentos memorables en los que se vio departir ahí con frecuencia a Luis Miguel, con alguna de sus más conocidas parejas como la cantante estadounidense Maríah Carey. Luis Miguel construyó una fastuosa mansión en esta ciudad en los años 90, sobre un predio de 36.000 metros cuadrados, que vendió en 2018, a unos 5 millones de dólares, al tenor español Plácido Domingo en sociedad con el empresario local Jaime Camil.

"Si no has ido al Baby'O, no conoces Acapulco", solía decirse en los "años dorados" de Acapulco, pues la discoteca era parada obligada de personajes del jet set y la farándula, aunque también se vio ahí a figuras notables de la delincuencia, como Edgar Valdéz "La Barbie", de la banda de los hermanos Beltrán Leyva. Este verdadero santuario al hedonismo fue fundado en 1976 y contaba con una capacidad para 700 personas, en las que se solía ver a figuras del espectáculo local, como los cantantes Cristian Castro y Manuel Mijares