Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que Raúl Rangel Frías es uno de los más grandes nuevoleoneses. Como Gobernante del Estado y Rector de la Universidad de Nuevo León dejó una huella imborrable y una herencia que hoy en día disfrutamos los nuevoleoneses. Alguna vez hemos dicho que iluminó pueblos y conciencias. En efecto, su labor como rector y gobernante le permitió introducir la educación y la energía eléctrica a numerosos municipios y poblaciones. También, las conciencias juveniles encontraron nuevos derroteros al crearse la Ciudad Universitaria y una serie de escuelas y facultades, así como bibliotecas, archivos y museos.
¿Cómo conocí a Raúl Rangel Frías?
Mis primeros recuerdos de su figura se remontan al año de 1955. Fue en el pueblo de mi infancia: Los Herreras, Nuevo León. Rangel Frías llegaba como candidato a Gobernador del Estado, después de haber sido Rector de la Universidad de Nuevo León. Se puede decir que yo empezaba a vivir,
De esto hace 63 años. Él tenía 42 años de edad Yo, apenas 12. Sin embargo, aún conservo las imágenes como si fuera apenas ayer. El candidato llegó al pueblo. Bajó el vehículo que lo transportaba y fue recibido por las autoridades y el pueblo. Iniciándose el recorrido a pie hasta llegar a la plaza principal.
Nuestra casa estaba ubicada en la calle de Hidalgo, por donde habría de pasar el candidato para llegar a la plaza principal que estaba a una cuadra, Se escucharon los gritos y la música de bienvenida. Don Raúl venía caminando rodeado por hombres y mujeres del pueblo, Salimos y desde la banqueta logramos verlo. El abuelo Francisco Salinas comentó: “Ojalá sea un buen Gobernador”.
Y lo fue.
Los Herreras no contaba con agua potable, ni energía eléctrica. Tampoco había carretera pavimentada. Las tres cosas se consiguieron en el gobierno de Rangel Frías, como muchas otras cosas en el Estado. Nuevo León vivió un gran momento.
Pasó el tiempo.
En el pueblo no había secundaria y tuvimos que trasladarnos a Monterrey al terminar la primaria. Transcurrieron los tres años de esta etapa escolar y ya estando en la Preparatoria, en el glorioso Colegio Civil, sucedió un acontecimiento que sacudió a Nuevo León y a México: la muerte del ilustre escritor don Alfonso Reyes, el 27 de diciembre de 1959.
Un grupo de preparatorianos nos entregamos a la tarea de difundir la vida y la obra de Reyes. Dimos vida de nuevo al Centro Universitario Alfonso Reyes el cual originalmente había nacido con Rangel Frías. Ahora yo era el Presidente.
En el año de 1960 organizamos un evento cultural para recordar a Reyes. Rangel Frías estaba ya en el quinto año de su mandato. No había vuelto a verlo de nuevo, pero se presentó una buena oportunidad para acercármele,
En la entrada del Palacio de Gobierno --ese hermoso edificio construido por Bernardo Reyes- lo abordé un día. Bajaba por las escalinatas rodeado de un grupo de amigos, colaboradores y periodistas. Entre esos amigos recuerdo a Roberto Hinojosa, José María Domínguez, Eduardo Segovia Jaramillo, Noé G. Elizondo, Leobardo Elizondo, Joaquín A. Mora, Se detuvo para atendernos. Le entregamos la invitación del evento en homenaje a Don Alfonso Reyes y nos dijo: “Ahí estaré”.
Y ahí estuvo.
El señor Gobernador hizo a un lado otros compromisos para estar con nosotros. Y con el recuerdo de Alfonso Reyes.
A partir de ese momento, Rangel Frías nos brindó su amistad. Continuamos viéndonos en mayo y en diciembre, los meses en que se recuerdan los aniversarios del natalicio y muerte de Reyes. Un día me concedió el honor de atender a una invitada suya; la señora doña Manuelita Mota de Reyes, la viuda de Don Alfonso Reyes.
Al concluir su labor como gobernante, Rangel Frías decidió alejarse de los reflectores. Pasaron los años y un buen día acudimos a charlar con él. Logramos convencerlo de que dictara una conferencia.
Y nuevamente, accedió.
Y accedió también posteriormente a recibir la Medalla Alfonso Reyes, la cual le había sido otorgada por la Universidad de Nuevo León cuando era Gobernador y que él, por escrúpulos, no había querido aceptar hasta que transcurriera algún tiempo. Le interesaba saber si era a él o al Gobernador a quien le daban la Medalla.
Lo que en realidad deseaba era dejar al tiempo la decisión. Y un buen día, cuando Don Raúl ya no era Gobernador, el Consejo Universitario hizo efectivo el acuerdo y Rangel Frías recibió la medalla, máxima presea que otorga la U.A.N.L.
El ex Rector y ex Gobernador no podía negarse a servir a la Máxima Casa de Estudios. La anhelaba, Sólo quería dejar en claro que no aprovechaba su posición como Gobernador para conseguirla, También aceptó la invitación que le formulara el Rector Luis E. Todd, para crear y ser el titular de la Dirección de Investigaciones Humanísticas de la U.A.N.L.
Nuevamente puso lo mejor de sí mismo al servicio de dicha Institución. Desde ese lugar, promovió y fomentó la cultura. Se realizaron cursos, conferencias, se promovió la investigación, se creó el Instituto de las Artes y se editaron publicaciones.
Pasó el tiempo.
Al crearse la delegación de la Secretaria de Educación Pública en Nuevo León, en 1978, fue invitado por el titular de la SEP nacional a hacerse cargo de la educación federal en nuestro Estado. Durante ocho años estuvo al frente de dicha delegación. Don Raúl siguió sirviendo al Estado.
Durante todo este tiempo, me siguió dispensando su amistad. No había entre nosotros una relación de trabajo, pero existía algo más importante; la amistad.
A principios de 1987, se crea el Instituto de la Cultura de Nuevo León. Ninguna figura mejor que la del Lic. Rangel Frías para hacerse cargo de la dirección general del mismo. Integra un organismo en el que estarán presentes las diversas manifestaciones del arte: el teatro, la música, la danza, la pintura, el cine, la literatura, la extensión cultural escolar y la investigación histórica, entre otras.
Fue entonces cuando surgió la oportunidad de estar más cerca de él.
En el ICNL tuvo oportunidad de continuar la labor cultural que inicio en la Universidad y seguir en la ruta trazada por Alfonso Reyes, con la vista puesta en el horizonte para hacer realidad aquel sueño del regiomontano ilustre: las bodas de Minerva y Mercurio. EL Instituto de la Cultura de Nuevo León fue el primero en el norte de México y es el antecedente del Consejo para la Cultura y las Artes (CONARTE).
Don Raúl invitó a destacadas figuras de la cultura a colaborar en el ICNL: Israel Cavazos Garza, en el área de Historia; Jorge Rangel Guerra, en Artes Musicales; Luis Martín Garzas, en Artes Teatrales y Teatro de la Ciudad; Jorge Cantú de la Garza, en Artes Literarias; Gerardo Cantú, en Artes Plásticas. Se crearon el Centro de Artes Escénicas, el Taller de Artes Plásticas y el Centro de Escritores de Nuevo León.
Y cerca de Don Raúl, nombró muy cerca, en la Secretaría Ejecutiva del ICNL, al niño que conoció en 1955 en Los Herreras, Nuevo León.
Muchas cosas tenemos que agradecer los nuevoleoneses a Rangel Frías. En lo personal, mi agradecimiento por haber permitido a aquel niño que lo vio por primera en Los Herreras, estar cerca de uno de los hombres más grandes que ha dado nuestro Estado, a lo largo de toda su historia. Por algo, el pueblo de Nuevo León, a través del Congreso del Estado, lo nombró Benemérito del Estado.