Internacional

Nueva manifestación antimascarillas en Berlín

Se espera que la protesta, llamada “Festival de la libertad y la paz”, reúna a unas 22.000 personas, entre “pensadores libres”, activistas antivacunas, partidarios de la teoría de la conspiración y simpatizantes de extrema derecha. Se han dado cita en la puerta de Brandemburgo y es el segundo acto de este tipo en un mes, lo cual preocupa a las autoridades.

El ayuntamiento de la capital alemana prohibió inicialmente la manifestación por “razones de salud pública”: la imposibilidad de respetar la distancia de al menos 1,5 metros entre los manifestantes.

Pero el tribunal administrativo dio la razón a los organizadores al dictaminar que “la existencia de un peligro inmediato para la seguridad pública” no era un motivo válido, aunque puso condiciones.

Los organizadores tendrán que asegurarse de que se respete una distancia mínima entre los manifestantes, que no están obligados a ponerse la mascarilla.

Llamamientos a la violencia

Una manifestación anterior de este tipo ya reunió el 1 de agosto a unas 20.000 personas, principalmente de los círculos de ultraderecha.

Fue interrumpida por la policía porque los manifestantes incumplieron los gestos de barrera.

Las fuerzas de seguridad ya han advertido que volverán a hacerlo si se repite.

La jefa de la policía de Berlín, Barbara Slowik, instó a los manifestantes a “actuar con responsabilidad y de forma razonable” y denunció llamamientos a la violencia en las redes sociales.

Esta protesta se lleva a cabo en un contexto de creciente malestar entre la opinión pública alemana por las restricciones decretadas contra la pandemia.

El promotor de la manifestación, Michael Ballweg, un empresario informático sin etiqueta política a la cabeza del movimiento “Pensadores no conformistas-711”, surgido en Stuttgart, describió el intento de prohibición de “ataque a la Constitución” alemana que defiende el derecho de expresión.

“Estamos aquí para decir: ¡hay que tener cuidado! Con crisis de coronavirus o sin ella, hay que defender nuestras libertades”, dijo a la AFP Christina Holz, una estudiante de 22 años, que llevaba una camiseta en la que reclama la liberación de Julien Assange, el fundador de Wikileaks, detenido en Reino Unido.

El ayuntamiento de la capital alemana prohibió inicialmente la manifestación de este sábado por “razones de salud pública”: la imposibilidad de respetar la distancia de al menos 1,5 metros entre los manifestantes.

Pero el tribunal administrativo dio la razón a los organizadores al dictaminar que “la existencia de un peligro inmediato para la seguridad pública” no era un motivo válido, aunque puso condiciones.

Esta protesta se llevó a cabo en un contexto de creciente malestar entre la opinión pública alemana por las restricciones decretadas contra la pandemia, pese a que no han sido tan draconianas como en España o Italia, países mucho más golpeados por el covid-19.

El promotor de la manifestación, Michael Ballweg, un empresario informático sin etiqueta política a la cabeza del movimiento “Pensadores no conformistas-711”, surgido en Stuttgart, describió el intento de prohibición de “ataque a la Constitución” alemana que defiende el derecho de expresión.

“Dictadura”

Sus partidarios protestan contra la “dictadura” de las medidas por el nuevo coronavirus que consideran un obstáculo para su libertad. Exigen la caída del gobierno de Angela Merkel y nuevas elecciones en octubre de 2020, es decir un año antes de lo previsto.

Varias figuras de extrema derecha hicieron un llamamiento a secundar las protestas y se congratularon de que puedan celebrarse.

Un diputado de Alternativa para Alemania (AfD), Leif-Erik Holm, habló en Twitter de una “victoria por la libertad”. Otra líder de este partido de extrema derecha antiislam y antiMerkel, Beatrix von Storch, se alegró de que “el Estado de derecho haya protegido la libertad de reunión contra la arbitrariedad” del ayuntamiento de izquierda de Berlín.

Varias organizaciones de izquierda habían convocado contramanifestaciones.

El sábado, “será importante que demostremos que no puede haber tolerancia para los racistas, antisemitas, extremistas de derecha y nazis”, dijo Anne Helm, líder de la sección berlinesa del partido de izquierda radical Die Linke.

Alemania, como muchos países europeos, se enfrenta desde hace semanas a un aumento de los contagios, con una media de alrededor de 1.500 nuevos casos declarados a diario. El sábado, el instituto de vigilancia RKI informó de 1.479 nuevos contagios en 24 horas.

La canciller Angela Merkel dijo el viernes que prevé una evolución de la pandemia “aún más difícil” en los próximos meses.

Este deterioro en los últimos días, en parte atribuido a la vuelta de las vacaciones, ha llevado a las autoridades a adoptar nuevas medidas restrictivas, como la limitación de las reuniones privadas o la imposición de multas a aquellos que no lleven puesta la mascarilla en los lugares donde es obligatoria.