Un signo del avance de nuestra civilización es la comunicación digital. El prodigioso internet permite el intercambio de información instantánea desde cualquier lugar del planeta a través de plataformas y canales digitales.
En este trozo de historia de nuestra Ciudad, podemos contrastar las condiciones de comunicación que privaban en el Monterrey de 1670, con las actuales. El relato empieza un lustro antes del hecho sobresaliente, pues en 1665 murió Felipe IV, rey de España, quien tuvo un solo hijo, Carlos, nacido en 1661, que tenía tres años edad.
Este niño había nacido con el típico inconveniente de las familias reales que contraían matrimonio entre sus miembros: la endogamia. Carlos sufría del Síndrome de Klinefelter, que se manifiesta en lento aprendizaje, infertilidad por deformidades en los genitales y en las extremidades. Por su mala apariencia, le apodaron ‘El Hechizado’.
Sin embargo, la ley se cumplió y Carlos, como único heredero, fue coronado rey a sus tres años de edad, y su madre María de Austria como regente.
Como se ordenó a todo el Imperio español, en nuestra Ciudad se hicieron preparativos para celebrar el reinado de Carlos II y dicha celebración se programó para el 16 de noviembre de 1670 -cinco años después de ser coronado-.
El evento protocolario fue presidido por el gobernador Nicolás de Azcárraga, y los Cabildos de Monterrey, de Cadereyta y el Justicia de Cerralvo:
“En la Ciudad de Nuestra Señora de Monterrey, cabecera del Nuevo Reyno de Léon, en diez y seís días del mes de noviembre de mil y seiscientos y setenta años; estando juntos el señor don Nicolás de Azcárraga caballero de la Orden de Santiago, gobernador y capitán general deste dicho reyno y los cabildos desta ciudad y de la villa de Cadereyta y justicia de Cerralvo…”
Entre las autoridades que asistieron a Jurar Lealtad al nuevo monarca en nombre del Nuevo Reino de León, estaba el capitán Alonso de León:
“… conviene a saber: el capitán Nicolás de la Serna, alférez mayor nombrado para el efecto de jurar al Rey nuestro señor, Carlos Segundo que Dios guarde; capitán Lucas García regidor, capitán Pedro de la Garza procurador desta ciudad y por la villa de Cadereita el capitán Alonso de León alcalde mayor, el alférez Juan Cantú, Gregorio de Castro regidores y por la de Cerralvo el capitán Joseph de Aldavalde…”
Los vecinos de esta Ciudad, encabezados por el alférez Nicolás de la Serna (militar de más alto rango dependiente del Cabildo) desfilaron por las calles portando un retrato del monarca hasta llegar a una plataforma dispuesta para colocar la imagen.
Los vecinos Melchor de los Reyes y Bartolomé de Olivares, pidieron silencio a la multitud. En seguida el alférez tomó juramento al pueblo que respondió con vivas y luego hubo salvas, para luego lanzar un bolo a la multitud, terminando la fase civil de la ceremonia.
Luego inició la parte religiosa que legitimaba al monarca ante Dios y la Iglesia Católica. Llevaron el guión -retrato- ante el vicario de la Ciudad, se celebró la Misa y se cantó el Te Deum laudamus pidiendo por la vida y salud del rey.
Finalmente, el gobernador de Azcárraga dio fe de los hechos, para perpetua memoria:
“…que a todo lo arriba dicho me hallé presente yo el dicho gobernador con los dichos cabildos festejando este acto tan de su obligación el cual mandé se pusiere por escrito en los libros de cabildo para la perpetua memoria… con toda la autoridad que Su Majestad me concede y asimismo cómo acudió este reyno con todo lucimiento y con todas las ceremonías … de semejantes actos y lo firmaron conmigo los dichos cabildos”.
Nicolás de Azcárraga. Pedro Flores. Nicolás de la Serna y Alarcón. Thomás García. Francisco de Montemayor. Lucas García. Pedro de la Garza. Bernabé González Hidalgo.
Aunque no se “transmitió en vivo” la ceremonia, toda la Ciudad celebró la coronación de Carlos II -sucedida cinco años antes- quien gobernaría hasta 1700. Carlos II casó dos veces: con María Luisa de Orleans y luego con Mariana de Neoburgo sin haber conseguido un heredero. Con él acabó la dinastía de los Austrias y llegaron los Borbones a modernizar la Monarquía.
Imagine usted lo que significa para la humanidad que ahora se sepan las noticias importantes en segundos y lo mismo se festejen o se condenen los actos oficiales, las tragedias y hasta los resultados de las votaciones primarias en Estados Unidos...
Fuentes:
Archivo de Monterrey. Actas.
16 de noviembre de 1670