10/May/2024
Editoriales

Un Zar Anti Crimen Organizado

Lo sucedido ayer en Sinaloa cimbró la país. Gran revuelo por las reacciones de los compinches del capo detenido -Ovidio Guzmán- en un operativo del Ejército Nacional. 

Los ataques a vías de comunicación, el aeropuerto de Culiacán, aviones comerciales, e instalaciones militares, generaron una decena de muertos, paralizaron al estado, y dejaron varados a los turistas que vacacionaban por el fin e inicio del año.  

La visita de Joe Biden a México está directamente relacionada con este cambiazo en la política de seguridad que anteayer era de no enfrentar al crimen organizado, pues al mismo Ovidio lo habían atrapado y soltado por instrucciones presidenciales.

Ante ello, Biden aceptó que el Air Force One aterrizara en el aeropuerto Felipe Ángeles. 

Ayer hubo una rueda de prensa con todos los jefes militares y la secretaria de seguridad federal para informar de los hechos, pero su mensaje no tuvo trascendencia, pues nadie los toma en serio, ya que una Conferencia Mañanera puede cambiar toda la estrategia.

Así no puede funcionar ningún plan si la gente no cree en él. El presidente se reúne todas las mañanas con los jefes militares pero ha quedado claro que no funciona una platiquita  diaria porque entre ellos hay competencia, no coordinación.

Y conforme al estilo de la casa de no actuar conforme marcan las leyes sino con el pulso político, hace falta un coordinador operativo de las acciones que realmente funcione, que podría ser un Zar Anti Crimen Organizado, con fuerza similar a la que tiene López Gatell en materia de salud.

La Secretaría de Seguridad es prácticamente normativa, y el aparato oficial requiere de alguien que respeten las diversas instancias del área. 

El término ‘Zar Anti-drogas’ es norteamericano y nació en 1982, equivalente al Comisionado de Drogas de Alemania. Ese nombramiento debe ser para alguien que, además de respetado y temido (el respeto es una expresión del temor), esté dispuesto a ser sacrificado cuando se ocupe. 

Hay antecedentes históricos desde que César Borgia gobernaba en 1500 la Romagna, de Italia Central, que estaba en la anarquía total, y quien mandaba realmente era el crimen organizado, bandas de malhechores que peleaban entre sí por el poder.

Ante este escenario, el nuevo gobernante le dio poderes absolutos a un teniente general llamado Remiro de Orco, hombre con fama de cruel y desalmado. 

Orco estableció una justicia severa y brutal en toda la Romagna, comenzando un proceso rápido de exterminio de maleantes, que al principio fue aplaudido por la población, pues el crimen organizado desapareció prácticamente. 

Sin embargo, durante su combate a los malosos, Orco cometió muchas arbitrariedades, y la población terminó odiándolo, hasta que en diciembre de 1502 César Borgia declaró que él nunca había aprobado los hechos cometidos por Orca.

Y el 22 de diciembre mandó encarcelar a Orco y la mañana del 26 de diciembre, en la plaza de la ciudad apareció su cuerpo decapitado, y su cabeza a un lado, clavada en una lanza. 

El gran Maquiavelo comenta que eemejante brutalidad impactó pero satisfizo. 

César Borgia utilizó a un hombre rudo para acabar con la podredumbre social y luego lo eliminó, es decir, fue su chivo expiatorio.

Cinco siglos después, nombrar a un Zar Anticrimen organizado con perfil de hombre cruel, sigue siendo válido; la cuestión es que exista alguien que esté dispuesto a arriesgarse trabajando duro y arriesgándose a ser sacrificado, como sucedió con Remiro de Orco.