11/May/2024
Editoriales

¿Que no hay agua?... Sonríe

 

Algunos deportistas acostumbran propinarse una cachetada para encender su coraje y enfrentar al enemigo que parece superior.

Los estímulos en general son necesarios para que aparezcan algunos efectos que puedan ser provechosos, pero los sistemas de auto flagelación tienen riesgos inopinados, sobre todo si se trata de recordar eventos que generen sentimientos de odio, de celos, o depresivos.

Porque siempre se correrá el riesgo de no lograr el objetivo deseado y ello no sólo produce desilusión, sino pérdida del necesario buen humor para vivir en paz, al reprocharnos la cachetada que nos dimos.

Ya lo decía Cantinflas: la primera obligación que tenemos los seres humanos es ser felices.

Y para serlo es necesario que estemos de buen humor, toda vez que el mal humor es la peor enfermedad, según pensaba la Santa Madre Teresa.

Cuando no se consigue el objetivo deseado, el mal humor sobreviene y puede convertirse en crónico, por saber que fuimos nosotros mismos los que nos dimos la ‘cachetada’ como estímulo externo para prender nuestros mejores recursos internos.

Por lo tanto, considero que es mejor enfrentar las adversidades con recursos internos ‘orgánicos’ es decir, los naturales que nos despiertan los retos enfrentados.

Para ponernos de mal humor hay muchísimos motivos, como la falta de agua en las casas y oficinas en tiempos calurosos; las noticias de enfrentamientos políticos cuando la economía naufraga; el perro del vecino que ladró toda la noche…

Pero también hay muchos otros motivos que nos deben alegrar y poner de buen humor.

Como que estemos vivos y con salud; que nuestras familias se encuentren bien; que las personas a las que amamos están bien; que las que ya se fueron viven en otra dimensión mejor; que existan posibilidades de lluvia…

La vida es en realidad una fiesta permanente, una oportunidad única de ser felices, de vivir con buen humor, ¡aprovechémosla!