12/May/2024
Editoriales

Seamos breves en el habla

Ayer escuché a la senadora Beatriz Paredes en una reunión que sostuvo con representantes de la sociedad civil. 

Lo primero que dijo es que hablaría muy poco, pues la idea era más escuchar que hablar, lo que en principio me extrañó, pues ella es una oradora excepcional, y como en estos momentos está compitiendo con otros aspirantes a la presidencia de la república, yo esperaba que utilizara más su mejor recurso, que es la retórica.

Pero al final del evento quedó claro que sigue siendo válido el ancestral lema de Baltasar Gracián: lo bueno, si es breve, dos veces bueno.

Cuentan que Luis XIV llegó a cierta población pasada la hora del mediodía, y como el viaje había sido largo, ya tenía hambre, y pidió que le sirvieran la comida. 

Sin embargo, el anfitrión, que era un noble local, se sintió obligado a obsequiar al monarca un discurso de bienvenida, que inició diciendo:

_’Señor, desde que nuestros primeros padres Adán y Eva allá en el paraíso…’

El rey lo interrumpió y en tono molesto le dijo al orador:

_ Mi estimado amigo, empezaste tu discurso desde muy lejos y yo tengo hambre. No pienso esperar a que llegues a nuestro tiempo. De seguro Adán y Eva a las cuatro de la tarde ya habrían comido algo, por lo tanto deja que yo haga lo mismo.