18/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Septiembre 1º de 1930: nace en Cerralvo, Roberto González Barrera, quien sería un importante empresario de nivel internacional. Hijo de Roberto M. González Gutiérrez y Bárbara Barrera, estudió su educación primaria en su natal Cerralvo. Siempre mostró pasión por los negocios, y desde que estudiaba su educación primaria, boleaba en las afueras de la Iglesia y en los bares de su pueblo. No acababa aún su educación secundaria cuando se inició formalmente en el mundo de los negocios, pues a esa edad partió a Veracruz donde se hizo conductor en PEMEX y al tiempo que invertía sus ingresos en una exitosa plantación de coco. Cuando reunió un capital de 200 mil pesos, regresó a Cerralvo en 1948 para asociarse con su padre en la adquisición de una planta de luz y en un molino de maíz que les costó 75 mil pesos.

Ciertamente la generación de energía resultó buen negocio, pero el rubro de tratamiento industrial del maíz, vino revolucionando al mundo de los alimentos porque empezó a fabricar al principio en pequeña escala la harina de maíz, con tal éxito que se expandió rápidamente por el estado. Para edificar nuevas y grandes instalaciones le solicitó un préstamo al general Bonifacio Salinas Leal, quien le facilitó los recursos frescos a cambio de acciones de su negocio, mismas que con el tiempo se las revendería. Fundó Molinos Azteca, antecedente de Maseca, la famosa planta que le permitió demostrar su talento productivo, comercial y financiero, pues conforme fue avanzando en su cobertura en el país instalaba plantas en buena parte del territorio nacional, y comenzó a adquirir acciones de varios bancos mexicanos. Sus amigos le apodaron El Maseco, aludiendo a su actividad indistrial, y en poco tiempo ese apodo era sinónimo de empuje y tenacidad. Comercializador implacable, rebasó las fronteras de México, instalándose en más de cien países, comenzando por Estados Unidos y siguiendo por Reino Unido, Rusia, China, Turquía, Australia y casi todo Sudamérica.

Fracasó en Venezuela debido a que el gobierno nacionalizó su planta y sudó la gota gorda para recuperar sólo una parte de su inversión. Adquirió en 1992 la mayoría de las acciones de Banorte, grupo financiero al que sumó IXE, convirtiéndose en uno de los tres más grandes y eficientes bancos mexicanos con presencia en varios países como Estados Unidos. Su éxito económico no se le subió a la cabeza, pues sus amistades como con su compadre Juventino González Ramos y Raúl Salinas Lozano las conservó por toda la vida, algo que me consta y valoro mucho. Porque el tiempo que dura la amistad es elemento infalible para medir el tamaño de los hombres. Su filantropía quedó manifiesta, no sólo en el Patronato de Cerralvo, sino cuando azotó al área metropolitana de Monterrey el ciclón Alex, fue el único empresario nuevoleonés que donó 100 millones de pesos en un cheque para la reconstrucción de la ciudad. Roberto González “El Maseco”, murió en Houston, Texas, el 25 de agosto de 2012.