13/Oct/2024
Editoriales

Contigo o sin ti

Caminando con mi madre hace 22 años, recuerdo aún ese momento en un centro comercial.
Entramos a una tienda, recuerdo perfectamente ese momento cuando escuche una voz que dice Disculpe Señora: ¿Es su hija? Mi madre como siempre algo distraída dice ¿Cuál? Obviamente era yo a la hija que se refería esa señora con voz demandante y con una seguridad que hasta me asusté y dije ¿Que hice??

Mi mamá acentúa con la cabeza y dice ¿Por qué? Con voz peor de demandante.
Que nervio me dio una mujer más demandante y mandona que mi mamá ¡ Intenta mandar a mi madre!! Dios aquí pasará algo.
En eso veo a mi madre acercarse sigilosamente hacia esa mujer rubia despampanante y le pone la mano en el hombro y se acerca; en eso la rubia da unas carcajadas y mi madre le hace segunda, me voltean a ver las dos y me sonríen.
Me dice mi mamá ¡Acércate hija! Me dio entre miedo y terror a la vez jajaja así es, las dos cosas juntas me estaban ocasionando ya un mal estar estomacal, no sabía que estaba pasando.

Mira hija ella es la Señora Tere es de Reynosa y me comenta que su hijo el que está allá y en eso empieza la señora a decir; si mira; el de allá ese gordito hermoso, mi hijo quiere conocerte ¿Cómo vez? Me sentí aliviada, pero a la vez algo asustada de cómo la señora se acercó para eso.

En eso veo a su hijo un joven si gordito, pero con una cara linda, pero en ese momento le dije: ¿Él quiere conocerme? ¿Por qué no se acercó? Es muy tímido y me jala del brazo mi mamá y la señora a la misma vez.
Hijo aquí está ¡Ya te la traje! ella es su mamá las dos son de aquí de Monterrey y ya nos pondremos de acuerdo nosotras para volvernos a ver, platica con ella mientras.
Recuerdo que se hizo un silencio total dentro de mí y dentro del centro comercial ¡No decía nada! sólo me veía y se veía sus manos que se notaba que le estaban sudando.

Yo algo desesperada y la verdad no quería estar ahí le dije; ¿¡Me vas a decir algo!?
Pues soy Adrián Ramiro Garza para servirte! Con una voz súper fuerte que me dejó muda y a la vez avergonzada que sentí que media plaza lo había escuchado.

Mucho gusto, pero no grites le comenté,

No estoy gritando así hablo yo.

Mierda le dije así con ese tono tan ranchero! ¡Por Dios baja la voz!
OK y de ahí no volvió a decir nada.
Caminé hacia donde estaba mamá y la señora despampanante.
Le dije ¿Ya nos vamos mamá? ¿Qué pasó? ¿No te agradó mi gordo?

No señora, le dije y me toma de la mano ¿Cómo sabes que no te gusta si no le conoces aún?  Tienes que conocerlo para saber eso ¿No? Me dio nervio que sólo asenté con la cabeza y me quedé muda.
Mamá se despide, ellas muy sonrientes; como dominando cada una en su lado típico de mamás cuervos. Mi mamá orgullosa de que le chulearan a su hija y la señora orgullosa de lo que estaba aparentemente por tener, ¡Yo! a su gran trofeo, su hijo Adrián Ramiro Garza.


Mamá intentó convencerme de que se veía buen muchacho mientras comprábamos cosas, que eran de una familia linda, al parecer que sería bueno darle la oportunidad , en ese momento le seguía la corriente porque yo estaba enfocada en mis compras y sólo eso.
Llegamos a casa, la verdad olvidé por completo eso, no le di importancia. Llegué a hacer mis cosas, yo era una chavita de 15 años casi 16 enamorada del típico pendejo de la Prepa, de aquel galán que todas deseaban así que por eso no le di importancia.


Pasaron 3 semanas y en eso suena el teléfono y mi madre grita ¡Hija es para ti! 
Levanté el teléfono:
Bueno!?
Beba? 
Yo: ¿Quién?
¿Beba, eres tú?
Yo: ¿Con quién quieres? hablar le pregunté
Contigo Beba! argumenta muy seguro y más fuerte el tono y de inmediato dije ah! eres tú!

¿Cómo estás Beba?

¡No me digas así, no me llamo así!  llámame por mi nombre

¿Porqué? ¿Qué tiene de malo Beba?

¡Porque no me llamó así! Simplemente.

 

Noté que algo era distinto como que por teléfono se sentía más seguro y era dominante. 
Iremos a Monterrey ¿Como ves? mamá irá con tu mamá a merendar. 
Yo:  Ah qué bueno! Que les vaya bien.
No! es que va a ir porque yo te quiero ver.

No voy a poder Adrián, le comenté.

Sí, eso me dijo tu mamá que dirías, pero sé que, si vas a poder, nos vemos en unos días Beba.

 

En eso recuerdo que tenía una fiesta dentro de 15 días que no me dejaban ir y le dije a mi mamá: Si viene Adrián y voy con ustedes ¿Me das permiso de ir a la fiesta? 
Y me dice: si eres educada y atenta y te das la oportunidad de platicar si vas.

Claro que esa misma noche le pedí el teléfono a mi mamá y le marqué 
¡Hola!  ¿Cómo estás? 
¿Eres tu Beba?

Soy yo! el súper atento y lindo, la verdad no me di cuenta pero hablamos 4 horas!
Y me sentí muy a gusto, es más! me sentí algo entusiasmada!


Recuerdo que al día siguiente mi padre, en paz descanse dijo: No te entusiasmes sólo por el oído, las llamadas es una cosa y en persona es otra, no dejes que tu mamá se meta.
Malamente no puse mucha atención y cada día eran más las llamadas y largas. 
Un día me llama y me dice ya tenemos un 01800 para que las llamadas, no te cuestan a ti Beba, ya casi me estaba gustando cuando me decía Beba.


Pasaron semanas y la merienda ya al fin era, me puse ese vestido de cuadritos blanco con negro como overol con mi blusa blanca de cuello de tortuga abajo porque hacía frío y mis mallas.
Llegaron a casa y nos fuimos al regio a merendar, recuerdo que había evento y habían mariachis, en determinado momento me sentí algo presionada pensé que sería algo para mí y dije: ¡No, por Dios! Pero me bajé de la nube y era algo externo.
Platicamos pero la magia no era así, no era igual como cuando platicábamos por horas por teléfono, pero era agradable. platica sobre el clima, la escuela, de cómo le iba a él en su facultad (el mayor que yo, sólo tres años)

 


No pasó a mayores pero sentí que era mi amigo y le podía platicar muchas cosas, al final siento que era buen oyente y terminó siendo ese amigo confidente o al menos eso yo sentía hacia él.
Nosotros fuimos a Reynosa dos ocasiones, fuimos de compras a McAllen, todo era divertido pero de pronto la mamá dice:
Entonces ¿Para cuándo la boda?
Ahí si dije ¿Qué??
Lo jalo y le dije ¡Boda?

Me dice: Sí, ¿Porque no? 
¡Por Dios Adrián! No podemos casarnos.
¿Porque no? me dice muy serio, pues porque no!!

Ese día recuerdo que me sentí pésimo y le dije ¡No quiero!

 

Recuerdo que ese día si le dije a mi mamá : no más tema de esto! no me interesa.
Mamá iba a contestar pero mi papá la tomó del brazo y se tragó sus palabras dominantes.

Pasaron 3 semanas, de las cuales no le contesté ninguna llamada, siempre me le negué.


Me estoy arreglando de esos días que sólo te arreglas para ver cómo se te ve la ropa, aún no me sabía maquillar; ¡es más!  ni me dejaban mucho, pero hacia mis intentos.


Y recuerdo
Hija!! Te buscan!!
¿Quién?

Adrián baja
Dije ¡No! ¡Por Dios!! Ya le diré que me deje de molestar y que se vaya a chingar a toda su puta y chingada madre despampanante.

Bajé enfurecida quería decirle ¡Ya entiende pendejo! ¡Que no!!
Cuando bajo en el último descanso de las escaleras, lo veo entrar y detrás de él un hombre con una sonrisa tan hermosa y dice hola hola!! mucho gusto!! ¿Eres Beba? Jamás podré olvidar ese momento y estoy segura que él tampoco.
Cuando lo vi, sentía que me desvanecía de la emoción , al bajar y saludarlo le di la mano porque él ya me la estaba poniendo y cuando toque la palma de su mano se me fue el aliento y mi pelvis quería repegarse a él.
Jamás olvidare su mirada al verme y no se explicarme pero jamás olvidaré la mía también, sé que cara puse, esa cara de pendeja que dices: ¡Hazme lo que quieras!


Adrián dice, es mi hermano, me mandaron con chaperón Beba.

Cuando comentó eso nosotros ya estábamos de la mano mirándonos fijamente.

 

 Mi mamá dice: ¡Pasen a la sala! Mis piernas estaban paralizadas y torpes para dar esos pasos, recuerdo que no me soltó de la mano y dice ¿Me permite?

¡Vamos! Adrián pasó Primero como burro sin mecate y él me tomó de la mano de una manera fascinante.

En eso momento no me percaté de detalles, pero al sentarme, mi madre se pone a lado mío y los dos de frente hacia nosotros, el jamás quitó la sonrisa picarona y yo jamás quité la cara de pendeja.

Eres el hermano de Adrián entonces, tu mamá me platicó mucho de ti, que estás estudiando Derecho ¿Verdad?


No seas Mamona madre mía! pensé, ¡¿Cómo jamás me comentaste esto? ¡No se vale!  Porque nadie me nombró al hermano!
O sea ¿Tienes cuántos años? Le dice mi mamá, notando algo de entusiasmo de él para mí y como para aclarar que era muy mayor y él dice tengo 24 años así es.

Mi mamá dice: ¡Ah mira! ¡Mi hija 15!  Y yo de inmediato dije: ya en unos días 16 mamá y me apretó el brazo y comprendí que era un cállate.


Recuerdo que le dice ¿Tía? ¿Te puedo decir tía, ¿verdad? Mi mamá con cara de hummm... si claro…. Me darás tantita agua ¿Por favor? 
Y mi mamá ¿gustan algo de merendar? o ya será casi cena ¿Gustan? y él de inmediato dice Si! si claro tía! lo que gustes darnos!

Adrián dice yo estoy bien así, venimos sólo un ratito señora

¡No Adrián!  vamos a cenar anda

Si tía haz algo, ¿va?

Mi mamá no le quedó de otra que pararse.
En eso dice: así estará distraída un ratito ¿No crees Beba?
Le sonreí casi diciendo maldito cabrón inteligente ven a mí.
Platicamos de tantas cosas y a la vez de nada  o más bien, sentía que sólo nos comíamos con los ojos! yo reía, el también y Adrián serio como siempre, aunque intentaba interactuar parecía que no era el mismo como cuando interactuaba por el teléfono.
Cenamos y todo era maravilloso hasta que se despiden!
Recuerdo que dije ¿Cuándo vienes otra vez? y contesta Adrián ¿Dime cuándo? Obviamente yo estaba preguntado a su hermano, él sólo sonreía y no decía nada! Le dije ¿El siguiente fin?
Perfecto! Nos vemos, respondieron los dos.