Espectáculos

Maggie Smith, actriz de Harry Potter y “Downton Abbey”, muere a los 89 años

LONDRES  — Maggie Smith, la magistral actriz que ganó un Oscar por la película de 1969 “The Prime of Miss Jean Brodie” (“Los mejores años de Miss Brodie”) y consiguió nuevos admiradores en el siglo XXI como la condesa viuda de Grantham en “Downton Abbey” y la profesora Minerva McGonagall en las películas de Harry Potter, murió el viernes. Tenía 89 años.

Los hijos de Smith, Chris Larkin y Toby Stephens, dijeron en un comunicado que Smith murió la madrugada del viernes en un hospital de Londres.

“Deja dos hijos y cinco nietos amorosos que están devastados por la pérdida de su extraordinaria madre y abuela”, dijeron en un comunicado emitido a través de la publicista Clair Dobbs.

Smith fue calificada con frecuencia como la actriz británica más destacada de una generación que incluía a Vanessa Redgrave y Judi Dench, con un puñado de nominaciones a los Premios de la Academia y una estantería llena de trofeos de actuación.

Siguió siendo solicitada incluso en sus últimos años, a pesar de su lamento de que “cuando entras en la era de la abuela, tienes suerte de conseguir cualquier cosa”.

Smith resumió secamente sus papeles posteriores como “una galería de grotescos”, incluida la profesora McGonagall. Cuando se le preguntó por qué aceptó el papel, bromeó: “Harry Potter es mi pensión”.

Richard Eyre, quien dirigió a Smith en una producción televisiva de “Suddenly Last Summer”, dijo que ella era “intelectualmente la actriz más inteligente con la que he trabajado. Tienes que levantarte muy, muy temprano en la mañana para burlar a Maggie Smith”.

“Jean Brodie”, en la que interpretó a una maestra de Edimburgo peligrosamente carismática, le valió el Premio de la Academia a la mejor actriz, y también el Premio de la Academia Británica de Cine (BAFTA).

Smith agregó un Oscar a la mejor actriz de reparto por “California Suite” en 1978, Globos de Oro por “California Suite” y “Room with a View” (“Una habitación con vistas”), y premios BAFTA a la mejor actriz principal por “A Private Function” (“Función privada”) en 1984, “A Room with a View” en 1986 y “The Lonely Passion of Judith Hearne” en 1988.

También recibió nominaciones al Premio de la Academia como actriz de reparto en “Otelo”, “Travels with My Aunt,” (“Viajes con mi tía”), “A Room with a View” y “Gosford Park”, y un premio BAFTA a la mejor actriz de reparto en “Un tè con Mussolini” (“Té con Mussolini”). En el teatro, ganó un Tony en 1990 por “Lettice and Lovage”.

A partir de 2010, interpretó a Violet Crawley, condesa viuda de Grantham, en el exitoso drama televisivo de época “Downton Abbey”, un papel que le valió legiones de seguidores, tres premios Emmy, un Globo de Oro y una serie de nominaciones a otros premios.

Continuó actuando como octogenaria en películas como el spin-off de la pantalla grande de 2022 “Downton Abbey: A New Era” (“Downton Abbey: Una nueva era”) y el estreno de 2023 “The Miracle Club” (“El club de los milagros”).

Smith tenía la reputación de ser difícil y, a veces, eclipsar a los demás.

Richard Burton comentó que Smith no sólo se hizo cargo de una escena en “The VIPs” (“Hotel Internacional”) con él: “Ella comete un gran robo”. Sin embargo, el director Peter Hall descubrió que Smith no era “ni remotamente difícil a menos que esté entre idiotas. Es muy dura consigo misma, y no creo que vea ninguna razón por la que no deba ser dura con otras personas también”.

Smith admitió que a veces podía ser impaciente.

“Es cierto que no tolero a los tontos, pero luego ellos no me toleran a mí, así que soy gruñona”, dijo Smith. “Tal vez por eso soy bastante buena interpretando a ancianas gruñonas”.

El crítico Frank Rich, en una reseña del New York Times de “Lettice and Lovage”, elogió a Smith como “la clasicista estilizada que puede poner en cursiva una línea tan prosaica como ‘¿No tienes mermelada?’, hasta que suene como un epigrama recién acuñado por Coward o Wilde”.

Smith hacía reír incluso con frases como la prosaica “este eglefino es repugnante” en una reposición de 1964 de “Hay Fever” de Noel Coward.

“Pero desafortunadamente los críticos lo mencionaron, y después de eso nunca ya no dio risa”, recordó. “En el momento en que dices algo es gracioso, se vuelve un embrollo. Se ha ido, de verdad”.

Repitió el don de las frases ingeniosas en “Downton Abbey”, cuando la tradicionalista Violet preguntó ácidamente: "¿Qué es un fin de semana?”.

Margaret Natalie Smith nació en Ilford, en el extremo este de Londres, el 28 de diciembre de 1934. Resumió brevemente su vida: “Ibas a la escuela, querías actuar, actuabas, sigues actuando”.

Su padre fue asignado en 1939 al servicio militar en Oxford, donde sus estudios de teatro en la Oxford Playhouse School la llevaron a un ajetreado aprendizaje.

“Hice tantas cosas, ya sabes, en las universidades de allí. ... Si eras lo suficientemente inteligente y supongo que lo suficientemente rápido, casi podrías hacer una repetición semanal porque todas las universidades estaban haciendo diferentes producciones en diferentes momentos”, dijo en una entrevista con la BBC.

Tomó Maggie como su nombre artístico porque otra Margaret Smith estaba activa en el teatro.

Laurence Olivier descubrió su talento, la invitó a formar parte de su compañía original en el Teatro Nacional y la eligió como su coprotagonista en una adaptación cinematográfica de 1965 de “Otelo”.

Smith dijo que dos directores, Ingmar Bergman y William Gaskill, ambos en producciones del Teatro Nacional, fueron influencias importantes.

Alan Bennett, que se preparaba para filmar el monólogo “Una cama entre lentejas”, dijo que desconfiaba de la reputación de Smith de aburrirse. Como dijo el actor Jeremy Brett, “ella comienza divinamente y se derrite, como un queso”.

“Así que el hecho de que sólo tuviéramos el tiempo suficiente para hacerlo fue una bendición absoluta, porque ella estaba muy fresca y metida en ello”, dijo Bennett. También escribió un papel protagónico para Smith en “The Lady in the Van”, como la señorita Shepherd, una mujer temible que vivió durante años en su vehículo en la entrada de Bennett en Londres.

Por muy extravagante que pudiera haber sido en el escenario o ante las cámaras, Smith era conocida por ser intensamente reservada.

Simon Callow, quien actuó con ella en “A Room with a View”, dijo que arruinó su primer encuentro al lanzar cumplidos.

“Le solté varios tipos de tonterías sobre ella y ella se retiró. A ella no le gusta mucho ese tipo de cosas”, dijo Callow en un retrato fílmico de la actriz. “Ella nunca quiso hablar de actuación. La actuación era algo de lo que le aterrorizaba hablar porque si lo hacía, desaparecería”.

Smith fue nombrada Dama Comandante del Imperio Británico, un título equivalente al de caballero, en 1990.

Se casó con el también actor Robert Stephens en 1967. Tuvieron dos hijos, Christopher y Toby, quienes crecieron para ser actores. Smith y Stephens se divorciaron en 1975. Ese mismo año Smith se casó con el escritor Beverley Cross, fallecido en 1998.