12/May/2024
Editoriales

Un cacique nicaragüense inteligente

Gil González de Ávila es reconocido como el primer explorador español que fue a esa región, aunque últimamente se cita a un licenciado Espinosa como alguien que estuvo tres años antes en el mismo plan exploratorio. Lo cierto es que Cristóbal Colón, en su último viaje en 1502, tocó el punto al que llamó Gracias a Dios, y el 16 de septiembre de ese año llegó hasta el río San Juan, tomando posesión de la tierra. El nombre de Nicaragua viene del nombre del cacique Nicarao, según unos, y Nicaragua según otros. La raíz de dicho nombre significa “Aquí, cerca del agua”, y este aborigen vivió en la primera mitad del siglo XVI y gobernaba la región donde hoy se asienta la ciudad de Rivas. 

 Gil González de Ávila envió mensajeros excitándole a la paz, a abrazar el cristianismo y obedecer al rey de Castilla, que era “el soberano del mundo” o de otra forma, retándolo a combate mortal al día siguiente. Esta  amenaza fue suficiente para que el cacique aceptara la paz enviándole cuatro personajes de su corte con el mensaje que quería paz y que abrazaría su religión si le pareciera buena cuando la conociese. 

 La respuesta del español fue que los aborígenes no debían pelear entre ellos mismos, y les pidió que abandonaran las borracheras, la gula, los sacrificios humanos y la detestable costumbre de comer carne de sus semejantes. 

 Esto le pareció bien al cacique, pero aclaró que con los bailes y la embriaguez a nadie ofendían, y que no podían dejar de practicar la guerra porque no debían dejar esa actividad a las mujeres. 

 Además, le preguntó que si al final de los tiempos se destruiría el mundo o si caerían astros sobre él, cuándo y cómo cesaría el curso del sol, la luna y las estrellas. 

  Quiso saber adónde iría el alma después de la separación del cuerpo, si morían el rey de Castilla y el pontífice y preguntó para qué querían tanto oro unos pocos hombres. 

  Asombrado Gil González de que un nativo a quien consideraba salvaje hiciese esas preguntas, a las que respondió todas según su criterio, y sus respuestas dejaron satisfecho al cacique. 

  Por su parte, el cacique estaba tan asombrado de lo que veía de los españoles, que le preguntó al traductor “si estos hombres habían bajado del cielo”.  

  La historia registra duras batallas posteriores ganadas por los españoles, pero nunca se volvió a saber nada del cacique Nicaragua.

  Este bello país, Nicaragua, empezó su independencia siendo parte de la Nueva España y cuando se instaló el Imperio Mexicano, los nicaragüenses estaban felices. 

  Pero cuando México se transformó en una República democrática, Nicaragua se reunió con las demás provincias centroamericanas y se separaron de México.

 

  Sin embargo, luego de disfrutar de libertades que sólo se consiguen con la independencia, los nicaragüenses parecen vivir más o menos a gusto, bajo un sistema dictatorial. ¿qué diría si viviera el cacique Nicarao?