
Después de la renuncia de Roberto Flores como procurador de justicia de Nuevo León se han desatado una serie de chismes y rumores sobre la posible "caída" de otros funcionarios de primer nivel. Se habla del secretario de salud, de la secretaria de desarrollo social, de la de la contraloría etc.
Algunos "grillologos" en los diferentes diarios locales señalan que el gobernador Jaime Rodríguez Calderón le dará esta "sacudida" a su gabinete para lucir mejor y prepararse para dejar su puesto en agosto e ir en busca de la presidencia de la república como candidato independiente.
No sabemos a ciencia cierta si esto será cierto o no. Lo que sí sabemos es que si el gobernador busca mejorar su desempeño y darle mayor eficiencia a su gobierno más que cambiar funcionarios debería cambiar su visión, la política que ha venido implementando basada en complacer primero que nada a las entidades financieras aplicando medidas de austeridad y recortes en el gasto paralizado la obra pública y deteriorando las funciónes propias del gobierno como es el caso notable de la seguridad pública. Eso debe de cambiar el gobernador más que tal o cual funcionario.
La "disciplina financiera" que se aplica bajo la vigilancia de Fernando Elizondo, no beneficia al estado ni al gobierno y menos a la gente. Solo beneficia a los banqueros que han hecho de la deuda estatal, con sus trucos y la usura, el mejor negocio de todos los que tienen.