Si damos un vistazo a nuestra incipiente democratización, desde las renuncias al PRI de Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo en mayo de 1987, que llevaron a la fundación del PRD y a conceder al PAN la Gubernatura de Baja California, pasando por el primer Congreso de la Unión sin mayoría priísta en 1997, la primea alternancia del Poder Ejecutivo Federal en 2000, la desilusión en 2008 porque las dos Administraciones Panistas no quisieron o no pudieron desmantelar la estructura política "clientelar", basada en los grandes sindicatos "nacionales", el regreso de un PRI mucho menos fuerte, pero mucho más corrupto, tanto que "contagió" a sus dos partidos "opositores": Entonces veremos un panorama tan negro, que podríamos estar muy de acuerdo con Sergio Elías Gutiérrez de "El Norte" en decir: "Somos un pueblo en busca de una transición perdida". Pero ¿Qué es exactamente lo que ennegrece el panorama?
Primero: Que la gran mayoría de los políticos, sean del PRI, de la "oposición" PAN-PRD o de la "chiquillería" ávida de dineros electorales, todos se han "engolosinado" con la gran facilidad con la que se pueden "desviar" grandes cantidades de fondos públicos hacia la propaganda electoral y la compra de votos (quedando siempre algo o mucho de ello "entre las uñas") Tanto que los problemas básicos, para resolver los cuales fueron electos, automáticamente se convierten para ellos en secundarios y completamente supeditados al de conservar "la Jauja de la Partidocracia" que les permite tan pleno y fácil acceso el Erario público.
Segundo: Que esos "otros" asuntos, es decir los verdaderamente básicos, tales como la seguridad pública, la procuración de justicia, la educación pública, el avance de la creatividad tecnológica en la economía y la erradicación de la pobreza extrema se descuidan, tanto de fondos como de atención y dedicación, a un grado tal, que se siguen agravando y retrasando con respecto al resto del mundo.
¿Qué hacer en estas tristes condiciones políticas? Las propuestas que impliquen cambios sustanciales en la Constitución o en las leyes, tales como la valorización del voto según los niveles de pago de impuestos y de nivel educativo, para acabar con la "compra" del voto, quedan fuera de lo prácticamente factible, pues tendrían que ser aprobadas precisamente por quienes verían esta medida como "veneno" para su "partidocracia".
Entonces ¿Qué nos queda para pelear en las elecciones generales de 2018? Pues sólo nos queda "jugárnosla", como hicimos los nuevoleoneses hace dos años: Si al final de cuentas nuestro "gallo" nos salió "balín" y quizás hasta ha sido comprado por el oro priísta, para desmenuzar la oposición: De todas maneras le dimos un golpe tan duro a la partidocracia que tardaron dos años en reponerse, al comprobar que la ciudadanía no está lo suficientemente organizada como para impedirles seguir con sus tramposas legislaciones "en lo oscurito", como bien los ha expuesto Daniel Butruille.
El "gallo" que buscamos para 2018 tendría que llenar ciertos requisitos: Primero, antecedentes sólidos, aunque no perfectos y, segundo, los tamaños necesarios, tanto intelectuales como de carácter, para operar a esas alturas ¿Hay alguien que llene esas condiciones? Varias personas que conocen el ambiente capitalino me han asegurado que Miguel íngel Mancera, el ex –jefe de gobierno de la CDMX sí llena los requisitos y que si consigue el apoyo del PRD-PAN sería el mejor gallo ¿Apoyo de partidócratas? ¿En qué quedamos? Nos la tenemos que jugar que quienes lo apoyen sean los menos "podridos" y que Mancera tenga los tamaños suficientes para comprometerse ante el pueblo a que acabará con la corrupción impune. No veo otra.
Atte.- JVG.- 06-07-17